miércoles, 17 de junio de 2020

Cañón del río Leza. - La Rioja


Nada más pasar por la localidad de Soto en Cameros, el Leza se retuerce por el fondo de un sinuoso cañón de seis kilómetros, comprimido entre escarpas de 700 metros de alto, bajo un cielo lleno de buitres leonados (en la zona viven 50 parejas, más los solteros). 
El origen de este tremendo tajo, parte de la red Natura 2000, se debe a la erosión fluvial de materiales depositados en el Jurásico, cuando esto era un delta donde el Leza prehistórico desembocaba no en el Ebro, sino en el mar de Tethys, y donde en lugar de vacas pacían los dinosaurios. En el cañón se ven huellas de saurópodos que protegían a sus crías rodeándolas, como los búfalos o los elefantes.

No hay comentarios: