Pese a su nombre, el río Infierno baja brincando por un bosque celestial del concejo de Piloña, en el oriente del Principado, arropado por castaños gigantescos, robles y hayas. Para verlo, hay que acercarse al área recreativa de la Pesanca, a poco más de dos kilómetros de la aldea de Riofabar, y seguir a pie por la pista de tierra que es una prolongación de la carretera. En media hora se llega al estrecho de la Lanchosa, donde el río forma cascadas y pozas perfectas para el baño.
Es el cielo del Infierno.
Otra maravilla que baña este río es Espinaredo, el pueblo que más hórreos (26), y más antiguos (algunos datan de los siglos XVI o XVII), posee de toda Asturias.
El País
De todo un poco. Leyendas, tradiciones e historias curiosas de todas las regiones de España. Unas son verdad y otras no tanto.
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