Existen muchas razones para oponerse al desarraigo de estos extraordinarios árboles de sus lugares originales y a su utilización comercial para la decoración y el disfrute de plazas, centros comerciales, espacios privados, etc. Además, en un gran número de casos, al desarraigo sucede la muerte del árbol, incapaz de adaptarse al nuevo emplazamiento.
El comercio de olivos milenarios en España (algunos de hasta 2.500 años), sobre los que no pesa ninguna norma que los proteja, se ha convertido en una actividad que alcanza a decenas de empresas y particulares, hasta el punto de amenazar con un auténtico expolio de este patrimonio natural.
El olivo de Daimiel fue donado a la ciudad por los propietarios de la finca en que se encontraba. Plantado por los árabes, se le suponen unos 900 años de antigüedad y parece haberse adaptado bien al nuevo lugar.
La Plaza de España de la localidad de Daimiel (Ciudad Real), remonta sus orígenes al siglo XVI. Es un bello ejemplo de plaza popular manchega, con diversos cambios de imagen a los largo de los siglos, remontando sus orígenes al siglo XVI, cuando era conocida como Plaza de los Portales Blancos.
Árboles de Madrid
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