El primer asentamiento de esta localidad, conocida antaño como Aldeavieja, estaba en una zona llana y desprotegida. La proximidad de su castillo hizo que con el tiempo los vecinos buscaran cobijo a los pies de la fortaleza. Ésta es una soberbia construcción defensiva coronada por un torreón que ofrece vistas inmejorables del entorno, parcialmente anegado por el extenso embalse de La Serena.
A los pies del castillo, medio escondida entre las rocas, se encuentra la ermita de la Virgen de la Cueva, objeto de una popular romería. El acceso a este mínimo santuario, con cierta dificultad, está señalado por un campanil sobre la piedra.
Ya en el pueblo destaca la iglesia de Santiago, de estilo mudéjar, que conserva su antiguo artesonado de madera y en cuyo interior está enterrado Gutiérrez de Sotomayor, Gran Maestre de la Orden de Santiago, que tuvo su feudo en la comarca.
En la plaza que precede al templo y en las calles aledañas están los edificios más interesantes de la villa, como la casa de la Inquisición, el palacio de Osuna y un convento franciscano abandonado. Fuera, otro viejo convento, el de las Agustinas, apenas sirve de alojamiento a una colonia de cigüeñas.
(Pequeños pueblos medievales)
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