El bonito núcleo de Puentedey ocupa un excepcional enclave, sobre un arco natural de piedra que salva el cauce del Nela a su paso por la Merindad de Valdeporres. Su nombre, puente dei (puente de Dios), rinde homenaje a este fenómeno natural provocado por la lenta y tenaz erosión del río, que ha creado una sorprendente bóveda de roca.
En la Edad Media no tuvo un peso relevante en la comarca, regida por Una Junta General que gobernaba las Merindades de Castilla La Vieja. Su modesto papel se refleja en el pequeño caserío, recogido y entrañable. Lo integran edificios de piedra entre los que destaca particularmente el palacio renacentista de los Porres, flanqueado por dos torreones y sometido recientemente a una reforma parcial que lo ha salvado de la ruina.
Caballero y dragón
En lo alto del pueblo se alza la iglesia parroquial, un edificio que aún conserva elementos de la antigua construcción románica y que exhibe sobre el dintel de la puerta un curioso bajorrelieve, en el que figura un caballero blandiendo su espada frente a una
gigantesca serpiente. Bonitas casas, hornos de pan y restos de cuevas completan el paseo por este pueblo, en el que se han señalizado agradables recorridos.
(Pequeños pueblos medievales)
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