Richard Rogers se enfrentó con ilusión a uno de los proyectos profesionales más humildes en lo económico pero más ambiciosos en lo conceptual. Por fin tendría su bodega de autor en un espacio que le permitía jugar con un castillo y con la mezcla de tradición de unas bodegas soterradas con las nuevas instalaciones ultra modernas.
Otra vez se luce con grandes cristaleras y vanos bajo los cuales se hace el vino. Y encima esta vez pudo plantearse que el visitante tendría una nueva vista, la cenital, la hecha desde el castillo, desde donde ver la bodega a vista de pájaro. Lo que se ve... ¿Es un racimo, son barricas, un homenaje a la teja? No hay respuesta única, o por lo menos Rogers no la ha desvelado.
Otra vez se luce con grandes cristaleras y vanos bajo los cuales se hace el vino. Y encima esta vez pudo plantearse que el visitante tendría una nueva vista, la cenital, la hecha desde el castillo, desde donde ver la bodega a vista de pájaro. Lo que se ve... ¿Es un racimo, son barricas, un homenaje a la teja? No hay respuesta única, o por lo menos Rogers no la ha desvelado.
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