El famoso Rastrillo de Tetuán, hermano menor del Rastro, surgió con los primeros comerciantes que se instalaron en la zona para abastecer a las tropas del general O’Donnell. Se situaban todos los días en la calle Bravo Murillo, hasta que, en 1929, fueron trasladados definitivamente a la calle del Marqués de Viana. Cuando en 1946 se construyó el mercado de Nuestra Sefiora de las Victorias, el mercadillo de frutas y verduras perdió interés y su carácter diario, convirtiéndose en una actividad dominical y destinado a la venta de objetos de segunda mano y chatarra.
Curiosidades de Madrid - Isabel Gea
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