Ya sean de piedra o de madera, los hórreos se suceden por las costas y las montañas de Galicia, con una clara finalidad agrícola, ya que se utilizan para guardar las cosechas. En su interior se almacena el maíz u otros cereales. Estas construcciones típicas del rural gallego se elevan sobre pilares, para evitar que entren los animales y su interior quede protegido de la humedad.
En las cuatro provincias podemos encontrar el típico hórreo gallego, el hórreo asturiano y el hórreo de corres. Entre todos ellos, los hórreos más famosos de la comunidad miran al mar en Combarro, crean paisajes de cuento en Os Ancares o compiten en longitud como los de Camota, Lira y Araño.
La Voz de Galicia
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