En 1937, poco faltó para que se desencadenara una guerra internacional abierta en Europa, dos años antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial.
Los sucesos se dieron en el contexto de la Guerra civil española y tuvieron por protagonistas aviones de las fuerzas aéreas de la República española y el acorazado alemán Deutschland.
Sin embargo, y como antecedentes del incidente del Deutschland en Ibiza, las potencias de Europa intervenían solapadamente en el conflicto; por ejemplo, proveyendo armamentos, como en el caso de los bombarderos “Katiuskas”, de origen soviético, que tomaron parte en este incidente.
A fines de mayo de 1937, el día 29 para ser exactos, dos aviones bombarderos de las Fuerzas Aéreas de la República Española dispararon sobre el acorazado alemán Deutschland, fondeado en las costas de Ibiza. Los pilotos de los aviones españoles reportaron haber confundido el barco con uno perteneciente a los insurgentes nacionales.
Como consecuencia del bombardeo español sobre el acorazado, este sufrió daños graves, mientras que 31 miembros de su tripulación resultaron muertos (22 en el acto y 9 como resultado de lesiones) y 74 fueron heridos de diversa gravedad.
Como represalia ante el bombardeo del acorazado alemán Deutschland, el gobierno nazi dio la orden de bombardear el puerto de Almería. El 31 de mayo de 1937, cinco barcos alemanes se situaron frente a este y efectuaron 275 disparos, con los cuales destruyeron más de 30 edificios, hirieron a 55 personas y mataron a varias más. La ciudad no pudo defenderse de ninguna manera, por encontrarse la flotilla alemana fuera del alcance de sus armas; no le quedó más que tolerar pasivamente el ataque.
Ante estos eventos, entraban en funcionamiento todas las especulaciones de la diplomacia europea. Si España respondía los ataques, Alemania declararía la guerra abierta a la República; con ello, Francia y Gran Bretaña estarían forzadas a alinearse en su defensa, al igual que la URSS.
La posición a favor de forzar la internacionalización del conflicto no terminó de imperar en el seno del gobierno republicano, en donde triunfó la opción de cursar las quejas por el bombardeo de Almería a través de la vía diplomática. La República española no contaba con el apoyo incondicional de sus aliados, en particular, de la URSS, que no parecía del todo convencida de ir a la guerra con Alemania solo a causa de la Guerra civil española.
Revista de historia
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