sábado, 27 de julio de 2019

La masía valenciana

La masía, también casa de campo, mas o maset (mas pequeño). Más específicamente en valenciano el mas se refiere al territorio de explotación agrícola y en el que se incluye el edificio principal o masía. 
Las casas de campo, o masías suelen ser espacios con una antigua explotación histórica. Estos edificios se alzan tanto en el interior montañoso como en las zonas de alturas medias y en la costa. Los materiales de construcción dependen en cierta forma del terreno donde se alce, pero en general utilizan la piedra sin pulir como elemento de construcción para dar solidez al edificio, reservándose en ocasiones la piedra trabajada para algunos de los vanos, especialmente las puertas. También se utiliza en su fábrica la arcilla, la cal y el cemento, y naturalmente la madera para las vigas, puertas y ventanas, entramado de cañas para los techos; las cubiertas se cubren con teja. 
Los tejados suelen ser a dos vertientes, o a una. Suelen situarse en un lugar estratégico del espacio agrícola con orientación determinada según los vientos de la zona. Pueden tener generalmente entre uno o dos pisos, aunque en ocasiones tres alturas. Con distribución de espacios: para los animales en la planta baja o en establo anexo, la vivienda en la planta baja y/o primer piso. En el último de los pisos, el segundo, o un tercero, servía para guardar el producto de las cosechas. En ocasiones estas edificaciones eran al mismo tiempo defensivas como es el caso de algunas casas de campo de la costa valenciana.
La literatura en esa mirada utópica sobre el mundo rural también ha dejado páginas y letras de la imagen de estas construcciones camperoles, como vemos en los versos mostrados más arriba.
Hoy en día algunos se conservan en el uso para el que fueron construidos: vivienda y casa para las tareas agrícolas y ganaderas; pero en numerosos casos el abandono de los campos y los cambios en las formas de vida y trabajo han hecho que permanezcan abandonas y en ruinas; en otras ocasiones se han reconvertido en casas rurales o bien segundas residencias para habitantes de fin de semana o de períodos vacacionales. Son infinitas las construcciones de este tipo en todas las comarcas valencianas. Por ejemplo el Mas de Aguirre con la Caseta Blanca en el término de Bétera (lugar de reunión de intelectuales valencianos de finales del siglo XIX). 
En muchas de nuestras comarcas el mas agrupa una serie de viviendas a modo de pequeñas aldeas o caseríos, algunas de ellas ya deshabitadas: d’Agut, dels Bancals, de Cervera, del Coll, del Collet, del Curro, de Domingo, d’Estela, d’Esteve y d’Albalat en Sierra Engarcerán; también d’Albalat, del Blau, de Campos, de Carretera, de Català y de la Blanqueta en Vall d’Alba; d’Avall en Costur; del Barranc dels Horts y d’Estaca en Ares del Maestre; de Barratxí, Belladona y Barrera en Vall d’Alba; Blanc en les Useres; de Calaf en Villanueva de Alcolea; dels Caducs en Cuevas de Vinromà; de Colom en Benassal… En otras ocasiones estas construcciones se agrupan para el genérico de masía: masía de l’Abad y la de Coloma en Cuevas de Vinromà; del Adelantado y Barranco en Castillo de Villamalefa; de l’Andalús y d’En Gasc en Salsadella; d’Andreu de Dalt y el de la Costereta en el término de Lucena del Cid; d’Antolí en Catí; de la Bartola y la de Cullero en Benicassim; del Batle y del Corral Nou en Salsadella; dels Bels, de les Clapises y el de la Creu en Chert; Benagera en Ludiente; Benicabo, de Dolz y Cerdanya en Castellfort; Brusca en Albocácer; del Camino en Cortes de Arenoso; Cap Blanc en Onda; Capote en Vistabella; Carruana en Cuevas de Vinromà; Correntilla en Villafamés; la de Cucalon en Altura; Custodio en la Serratella; la de Edavaristo en Catí; Blancas y del Cristo en Viver…

Paisajes turísticos valencianos

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