martes, 16 de julio de 2019

Cueva del Rull

La Cueva del Rull se descubre en 1919 por José Vicente Mengual (El tío Rull) cuando al ir de cacería con su perro siguiendo a un conejo, éste entró en un agujero, en el cual hizo entrar también a un hurón para que lo hiciera salir, no saliendo ninguno. Al día siguiente intentó quitar unas piedras del agujero y se encontró con la cueva que lleva su apodo.
En los años sesenta, debido al auge del turismo, el "tío Rull" decide abrirla al público acondicionando algo los pasillos.
Actualmente es propiedad del Ayuntamiento, está acondicionada y abierta al público desde el 16 de Septiembre de 1995.
La Cova del Rull se ha desarrollado en los conglomerados miocenos constituidos por bolos y gravas calizos redondeados que engloban una matriz arcillo-limosa y poseen una cimentación de tipo calcáreo muy variable.
A unos 100 metros de la entrada de la cueva, y yendo hacia el Oeste por la carretera, una falla transversal a la misma, pone en contacto a los conglomerados con las margas en facies "Tap". El macizo está afectado por diaclasas subverticales y abiertas. La cueva debe su existencia tanto a la acción disolvente del agua sobre los componentes calcáreos de los conglomerados, como a su acción de arrastre de la matriz limo-arcillosa, y a la que debe añadirse la acción combinada de la erosión y de hundimientos parciales, generalmente localizados.
La formación de la cueva también está ligada a otros factores geológicos de carácter tectónico, como son las fallas y los pliegues, traducidos en una fracturación del macizo rocoso que posibilita la entrada del agua y su circulación en el interior de la misma. Lenta y progresivamente este flujo cíe agua ha ido erosionando y ensanchando las fracturas por donde ha circulado. Bajo ciertas condiciones de presión y de temperatura el agua infiltrada ha podido disolver el CO2 de la atmósfera o el existente en el terreno por acción bacteriana, constituyendo un ácido que, aunque débil, ataca al carbonato de calcio de las rocas calcáreas (insoluble en agua), transformándose en bicarbonato cálcico (soluble), el cual es disuelto y transportado por el agua. Un cambio en las condiciones existentes puede invertir esta reacción química, depositándose carbonato cálcico en forma de estalactitas y de estalagmitas y liberándose nuevamente el CO2r es evidente que el proceso de crecimiento de la cueva solamente es posible con una circulación continua de agua. Si cesa la circulación, el desarrollo de la cueva se limita al producido por hundimientos.
Hoy día, la Cueva del Rull sigue siendo una de las pocas cuevas del levante español abiertas al público que aún siguen su proceso de formación continuada.

La Vall de Ebo

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