martes, 17 de marzo de 2009

La roca del caballo (Cuenca)


Cuenca, 1595. Eran las fiestas de canonización del Santo Obispo San Julián, la ciudad estaba engalanada para este acontecimiento y sus gentes derrochaban alegría y vitalidad. La Plaza mayor era el punto de reunión y donde se presenciaban los diferentes juegos y donde todo el mundo hablaba y lo pasaba bien.

También estaban entre la multitud los hermanos Diego y Fernando Carrilla y Alarcón. Hermanos gemelos e increíblemente parecidos. Eran guapos y valientes, elegantes y diestros con la espada y la monta de sus caballos. D. Diego era muy religioso, sencillo y muy tranquilo. Por el contrario, D. Fernando tenía más picardía y le gustaba alternar con la gente y sobre todo con las cortesanas. Ese mismo día a la salida de la Catedral Dª Beatriz de Sandoval, una joven hermosísima, huérfana por parte de madre y con el padre fuera de España, era acompañada por la dueña a su casa en la plaza de San Nicolás. El joven D. Diego se quedó prendado de la joven, y Dª Beatriz igualmente de D. Diego. Por ello no faltaron ni un día a las misas de la catedral en las cuales cautivamente cruzaban sus miradas de forma prudente pero premeditada. Y más aún, se pasaban cartas de amor utilizando a la dueña como intermediaria. En una última carta Dª. Beatriz escribía: " Si hay un pañuelo en la reja esperad. Si no está, volved más tarde".

La dueña queriendo entregar esta carta al señor D. Diego, y a causa del parecido entre los hermanos, la entregó a D. Fernando que también estaba enamorado de Dª. Beatriz.

Esa misma noche en la reja se juntaron Dª. Beatriz y D. Fernando, y también en esa misma noche pasó por San Nicolás D. Diego. Viendo el pañuelo en la casa de su amada y unas sombras sospechosas saco su espada y arremetió contra el caballero que se despedía de la bella dama. La lucha fue muy igualada, pero termino con un fratricidio. Don Diego se acerco para ver a su contrincante malherido y vio que era su hermano Fernando.

Cogiendo su caballo y a todo galope huyo por la calle Alfonso VIII, después la calle Andrés de Cabrera y saliendo de la ciudad por la puerta de San Juan llego hasta las orillas del río Júcar, Don Diego castigaba a su caballo para cruzar el verde río, y el caballo se negaba por la gran fuerza del agua, pero al fin a fuerza de golpes el caballo se decidió.

La corriente hizo que fuera imposible llegar a la otra orilla e hizo que el caballo muriera al golpearse contra una roca en medio del cauce.

Esa roca a partir de ese día se llamó la roca del caballo. Don Diego por el contrario con grandes esfuerzos logró volver a la orilla cayendo desmayado. Pasaron los meses en la ciudad de Cuenca, pudiéndose oír comentarios sobre el señor D. Diego el cual se dice que entró en un convento. Y don Fernando recuperado milagrosamente de la herida fatal se casó con Dª. Beatriz Carrillo de Alarcón. Nadie supo nunca los hechos reales de esta historia de amor, menos la luna de Cuenca, el Río y la ROCA DEL CABALLO.

lunes, 9 de marzo de 2009

La Cruz del Diablo - Cuenca


Es la historia de un joven apuesto y galán llamado Don Diego, que conquistaba a todas las mozas que pasaban a su alrededor, no se le resistía ninguna.
En la Ciudad era reconocido como un mujeriego y era la vergüenza de su adinerada familia.
La tragedia llegó cuando apareció una joven y preciosa dama, de nombre Diana en la que D. Diego no tardó en poner el ojo.
Pasaron los días y D. Diego no dejaba de cortejarla hasta que al final ella accedió a sus deseos lujuriosos. Esta relación no era bien vista por su reputado padre que sentía vergüenza ajena, estaba sumido en un dolor intenso al saber que su hijo vivía en pecado mortal.
El día de los Santos , fecha en que era tradición recogerse en sus hogares a orar, D. Diego decidió hacer caso omiso a tales tradiciones y hacer una fiesta con sus amigos y su amada Diana.
Los amigos temerosos de esa noche oscura y lúgubre sintieron miedo de la locura de D. Diego. Este se rió de sus miedos y se ofendieron. A raíz de esto todos marcharon menos uno que le retó en el Santuario de las Angustias.
Iba a haber un duelo el Día de los Santos, y el cielo habló descargando toda su ira en forma de rayo. El joven amigo huyó despavorido dejando solos a los dos amantes.
¿Que paso entre ellos?
Ella le pidió que D. Diego la poseyera en esa noche cristiana de Difuntos, él lleno de pasión accedió a sus peticiones, levantándole la falda a esa preciosa mujer no dio crédito a sus ojos, su mundo se derrumbó, aquello que debería haber sido unas suaves y delicadas piernas realmente eran unas peludas y grasientas patas de cabra.
Ahora lo entendió todo, había vivido en pecado, había deshonrado a su familia y el diablo en forma de hermosísima mujer quería poseer su alma pecadora.
Lleno de desesperación se agarró a la Cruz de los Descalzos rogando a Dios que le perdonara. Tanto fue su intensidad y su deseo de perdón que la huella de su mano quedó marcada en la Cruz. El diablo desapareció al ver que no tenía alma que poseer.

lunes, 2 de marzo de 2009

La joven de Casa Dalmau (Rocallaura - Lérida)


Existe en Rocallaura una leyenda según la cual hace muchísimos años habitaba en los alrededores del pueblo un dragón, una horrible fiera con siete cabezas, a la que era preciso entregar todos los años una muchacha virgen.
La infeliz a quien tocara en suerte ser entregada al dragón, podíadespedirse de los suyos, porque ya jamás volvían a verla. Ninguna delas que se había llevado había vuelto.
Por más que repugnara a los vecinos del pueblo esta obligación deentregar todos los años una muchacha al dragón, no tenían más remedio que conformarse, ya que si dejaban de hacerlo, la fiera les arrasaba las cosechas, devoraba sus rebaños y los arruinaba por completo, sembrando el terror por todas partes.
Por este motivo llegaron al acuerdo de sortear entre todas las muchachas, cuando llegaba el día fijado por el monstruo, la que debía sacrificarse, y a la que le tocaba en suerte, de ninguna manera podía negarse a cumplir su sacrificio.
Había entre todas una de singular belleza y mucha bondad, hija deun rico colono. La casa que habitaba la joven con sus padres era conocida con el nombre de Can Dalmau, y aún hoy existe en Rocallaura una casa de ese nombre.
Un año correspondió a esta joven ser entregada; así, aunque estabaya prometida en matrimonio, no tuvo más remedio que resignarse consu suerte y, rompiendo su compromiso, entregarse a la horrible fiera.La muchacha, antes de despedirse de sus padres y de su prometido, fuese sola al campo y, arrodillándose, se puso a rezar con gran fervor a san Jorge, de quien ella había oído contar que había librado deldragón a una joven.
Mucho rato llevaba arrodillada rezando, cuando vio bajar del cieloun caballero vestido de blanco y montado en un soberbio caballo delmismo color.
Levantóse, maravillada, y el caballero, apeándose, se acercó a ellay le dijo que podía marcharse a su casa tranquilamente, que nada temiera del dragón, porque él la libraría y, con ella, a todas las muchachas de Rocallaura.
Montó de nuevo a caballo, y dirigiéndose a la cueva del dragón, peleó con él y lo mató. Y así libró, como había dicho a la joven de CasaDalmau, a todas las doncellas de Rocallaura.
(Según "Leyendas de España" de Vicente García de Diego)