martes, 30 de marzo de 2010

El jinete maldito - Santoña


En ei más alto acantilado de la costa cántabra, cerca de Santoña. hay un castillo en ruinas. Cuenta la leyenda que habitaba este castillo, en tiempos remotos, don Rodrigo de los Vélez, esforzado campeón de la Santa Cruz, cuyas mesnadas habían combatido y vencido en diversas ocasiones a los más bravos emires.

Este caballero casó en segundas nupcias con una joven y bella dama, llamada doña Dulce de Saldaña, y en su castillo tenía a un prohijado suyo llamado don Íñigo Fernán Núñez, hijo de un lejano deudo del caballero.. Los parientes, deudos y amigos de don Rodrigo de los Vélez, habían advertido varias veces al caballero que no era cristiano ni prudente cobijar bajo el mismo techo a dos personas de distinto sexo y de la misma eciad; pero él fiaba en que la gratitud de Íñigo sería la salvaguardia de su propio honor.

Un día el rey de Castilla envió a un propio en busca de don Rodrigo de los Vélez ordenándole que reuniera de nuevo su mesnada y se fuera combatir a los moros. Cumplió el caballero esta orden, dejando a su esposa doña Dulce y a su prohijado don Íñigo en el castillo de Santoña.

Un año después llegó al castillo la noticia de que la mesnada de don Rodrigo había sido vencida por los sarracenos, y el caballero, hecho prisionero.

Doña Dulce, al recibir estas tristes nuevas, cayó en un estado de inconsciencia que la dejó indefensa contra la maldad y el egoísmo de don Iñigo que e se apoderó del castillo, arrogándose el señorío de la fortaleza y de sus tierras.

No contento con haber despojado a su dueña y señora de todas sus riquezas se enamoró de ella y pretendió hacerla suya.

Una noche penetró en su camarín y la encontró rezando ante la magen de san Rafael. Por una rara coincidencia, doña Dulce se hallaba en uno de sus pocos momentos de lucidez.

Al comprender lo que don Íñigo esperaba de ella, la dama huyó del camarín y subió a lo alto de la torre del homenaje. Hasta allí siguióla Fernán Núñez, que, forcejeando, quiso llevarla al interior de la fortaleza. La dama, prefiriendo la muerte al deshonor, desenvainó Ia daga que pendía del cinto de iñigo y la hundió en su propio pecho. Él,, despavorido, quiso huir del terrible espectáculo, dando unos pasos hacia atrás. El huracán silbó entonces con más fuerza, y el traidor se precipitó al abismo, sumergiéndose en lo profundo del mar. En e momento de caer se oyó la voz de la moribunda que le maldecía.y le condenaba a "existencia eterna"
.
Desde entonces, y en las noches en que el huracán silba a través del acantilado, y desde las ruinas del castillo, se ve a don Íñigi que, montado en un gigantesco delfín, surca el mar embravecido el una carrera desenfrenada.

(Extraído de "Leyendas de España" de Vicente García Diego)

La Corona de Fuego - Monforte de Lemos


Básicamente la trama argumental gira en torno a un pasadizo subterráneo que uniría el palacio condal de Monforte de Lemos con la iglesia de San Vicente del Pino; durante una ausencia del Conde de Lemos, que parte a cumplir con encomiendas reales, el abad del Monasterio benedictino de San Vicente, se habría servido del corredor para mantener un romance con la hija del conde. En algunas versiones, sin embargo, se trata de su esposa.

Al retorno del conde, y enterado del lance amoroso, invita al abad a una opípara comida; cuando ordena que se traigan los postres, un sirviente del conde trae una corona de hierro al rojo vivo, con la que corona al abad, provocándole la muerte.
(existen numerosas variantes de esta leyenda pero todas coinciden en el hecho de la terrible coronación)

miércoles, 17 de marzo de 2010

La venganza de Don Munio


En el valle de los Redondos y en San Salvador de Cantamuda se sitúa esta leyenda medieval. Su génesis es conocida:

Junto a Peña Tremaya existió hace muchos años un castillo situado en una montaña alta y escarpada. Allí habitaba el conde D. Munio, esforzado, poderoso y valiente en las batallas. Estaba situado el castillo muy cerca de los Redondos, formado entonces por tres pequeños pueblecitos: S. Juan y Sta.María y otro ya despoblado. Toda la merindad de La Pernía se veía desde allí: Lores, Casavegas, Areños, Camasobres, San Salvador, Lebanza, El Campo, Santiago, Polentinos, Vañes, Villanueva, Carracedo (ya despoblado) y también toda la Castillería: S. Felices, Celada, Roblecedo, Herreruela, Estalaya y Verdeña.

Era la primera mitad del siglo XI, en tiempos de Sancho El Mayor de Navarra y Fernando I de Castilla. La leyenda sitúa entonces como conde de Pernía a D. Munio Gómez a quien llamaron D. Bustio, hijo de Gómez Díaz, conde de Saldaña. Su madre era Mumadona, hija del conde Fernán González. Aunque nuestro conde era ya mayor, quedó prendado de una gentil doncella, hija de Favila Fernández y Doña. Adosinda. La joven había nacido en el año 1000 y se casaron en 1020. El conde podría tener ya 60 años y ella, Elvira Favila, tenía sólo 20.

Su vida discurría en el inexpugnable castillo de donde el conde descendía a cazar, ejercitarse en las armas y participar en las luchas de entonces. Era un hombre valiente y respetado. El matrimonio no tenía hijos. En un momento dado, diversas intrigas despiertan los celos del conde, quizás por la diferencia de edad, quizá por sus largas ausencias y, absolutamente obcecado, trama venganza contra Dña. Elvira.

En una terrible noche de tormenta, echa del castillo a su mujer. Dispone para el viaje una mula coja, ciega, vieja y falsa y manda que la acompañe una criada sordomuda. Todo ello lo hace con el secreto afán de que mueran las dos despeñadas entre las rocas de la difícil bajada.

Sin embargo, no es así. La Providencia guía a las mujeres por el peligroso sendero y, encomendándose a Dios y a la Virgen, logran descender al valle y llegan a un pequeño pueblecito. Es una verdadera proeza. Pero, aún es más, al atravesar el pequeño puente a la entrada del pueblo, se produce un milagro. La criada sordomuda empieza a gritar y a cantar en agradecimiento y alabanza a Dios que las ha guiado hasta allí. Todos quedan admirados por el prodigio. El pueblo, que se llamaba San Salvador de Tremaya, cambia entonces su nombre por el de San Salvador de Cantamuda y corre la noticia del milagro por todo el valle.

Mientras tanto, el conde, dominado por los remordimientos, intenta suicidarse. Al fin se entera del milagro, pide perdón a Dios y se reconcilia a continuación con su esposa.

Finalmente, en acción de gracias por lo sucedido, construye una iglesia dedicada a la Virgen Inmaculada en una antigua Abadía situada a media legua de Lebanza, también llamada, desde entonces, Sta. María de Alabanza.

La condesa, por su parte, dedica otra iglesia a San Salvador, con triple ábside, mirando a Peña Tremaya. Se trata de la actual iglesia románica de San Salvador, verdadera joya en su estilo, que ahora es iglesia parroquial y está situada cerca del puente donde cantó la criada sordomuda. La leyenda añade que en esta iglesia está enterrada Dña. Elvira.

jueves, 4 de marzo de 2010

La Coca - Redondela


Un día de gran importancia en Redondela (municipio del sur de Pontevedra) es la celebración de la procesión del Corpus Christi, en la cual se mezclan aspectos religiosos y profanos. Al igual que en muchos otros lugares de Galicia y de España, el Corpus es una las fiestas con más transcendencia popular. La tradición de esta fiesta combina la festividad cristiana, el Corpus, con la festividad pagana, basada en la leyenda de la "Coca".

Cuando en Redondela no había más que un grupo de casas, apreció un monstruo con figura de reptil o de dragón marino que destrozaba todo lo que hallaba en su camino, y se apoderaba de las más bellas muchachas, ante la impotencia de lo vecinos. Las apariciones de dicho ser eran inesperadas y devastadoras. En cuanto a sus origenes, se supone que venía desde el mar, concretamente desde el golfo de Rande teniendo grandes relaciones con otras leyendas como la del monstruo del Lago " Ness".
Las trampas que los lugareños preparaban para su defensa eran inútiles y la situación llegó a tal extremo que las doncellas de aldeas vecinas no quería casarse con ningún mozo de Redondela.

El único remedio que las gentes del pueblo hallaron para eliminar ésta constante amenaza fue el ataque. Para tal empresa se prepararon forjando largas espadas de doble filo. Con estas armas, se juramentaron para alcanzar la victoria y esperaron la venida del monstruo.

En el transcurso de esta batalla se registraron numerosas muertes entre las gentes del pueblo, pero finalmente el monstruo fue muerto por un joven del pueblo que con gran valentia, consiguió dar una estocada entre los ojos del monstruo.

Después se hizo una gran fiesta para celebrar la victoria en la que los mozos bailaban haciendo sonar su espadas, mientras que las mujeres, levantaban en hombros a sus hijas sin miedo a que el monstruo se las arrebatase.

En la procesión que se celebra todos los años un monstruo con forma de dragón, se pasea por las calles precediendo a la comparsa y llevado por jóvenes que reciben el nombre de "céntulos". Se combinan además la danza de las espadas y la de las "penlas", niñas que bailan sobre los hombros de fornidas mujeres, conocidas por el sobrenombre de "mulas".

Entroido de Laza


El Carnaval, o "Entroido" de Laza es, de entre todas las festividades del municipio la más tradicional y pintoresca. Cada año aumenta el numero de curiosos llegados de dentro y fuera de Galicia atraídos por el especial sentido del espectáculo que emana de esta celebración. Todos los domingos desde que se inicia el año la juventud de Laza recorre sus calles anunciando a modo de preámbulo el inicio del "Entroido" que alcanza su máximo apogeo el domingo y el martes de carnaval. Son estos dos únicos días cuando salen a la calle los "peliqueiros", debidamente disfrazados con máscaras (cigarróns), que persiguen al público lanzándoles tierra con hormigas y harina, gozando de absoluta inmunidad. Los "peliqueiros" recrean a modo de parodia, a los recaudadores de impuestos que exigían fuertes tributos de parte de los Condes de Monterrei.

Desde el viernes en que tiene lugar el gran folión, pasando por el sábado con la gran troulada y cabritada, pasando por el domingo con "a estrea dos peliqueiros", los desfiles de carrozas por la tarde y los bailes verbena por la noches. Sigue el lunes con "el gran día de la farrapada e xitanada dos burros". El martes con la salida de los peliqueiros veteranos y el gran desfile de "carrozas enxebres" , para terminar con "el testamento do burro" y enterrar el entroido. En cualquiera de sus restaurantes pueden degustarse los platos típicos de estas fechas: cocido con la famosa cachucha , el lacón con grelos, el cabrito, el cordero, la famosa bica dos peliqueiros, el roscón, etc.