miércoles, 27 de abril de 2011

Las cobijas de Vejer

Una de las tradiciones que se cree son de origen musulmán es el de las mujeres cobijás (Cobijadas) de Vejer. La cobijá es una mujer que antiguamente, en algunos pueblos de la provincia de Cádiz y. sobre todo en Vejer de la Frontera, cubrían completamente su cuerpo con un manto negro, dejando al descubierto un ojo. En el Museo de Cádiz hay un cuadro el que aparecen cinco mujeres con ese atuendo paseando por Vejer.
Cuente la historia que esa vestimenta era común entre las mujeres de los publos de la Janda y del Campo de Gibraltar hasta bien entrado el siglo XX. Hoy en día se pueden ver detalles de ese traje típico en mosaicos de las calles de la ciudad y en la estutua cercana a la judería de Vejer.
Ese traje fue prohibido en varias ocasiones a lo largo de la historia, sobre todo a partir de 1936 alegando que podía servbir para enmascarar a los delincuentes.
El traje se compone de unas enaguas blancas con tiras bordadas, una blusa blanca adornada con encajes, una saya negra sujeta a la cintura y un manto negro fruncido con forro de seda que cubre totalmente a la mujer excepto el ojo que queda al desbierto.
Afortunadamente aun se conserva la tradición de ataviarse con ese hermoso traje durante las fiestas que se celebran en Vejer.

Madrileños "gatos"

Muhammad I, hijo de Abderramán II fundó Madrid en 852. Construyó una fortaleza amurallada que controlaría todo el valle del manzanares y la sierra del Guadarrama. Dentro de esta muralla se situaría la almudaina o ciudadela y una pequeña mezquita.


La muralla del magerit musulmán se construyó con grandes bloques de brillante perdenal, tenía torres cuadradas y tres puertas de acceso: la de la Vega, Arco Santa María y la de La Sagra y varios portillos.


Hubo muchos intentos por conquistar Madrid, la primera vez fue en el 924 al mando del conde Fernán González, mas tarde, en 968 Ramiro II de león dejo bastante dañara la fortaleza y el califa Abderramán ordenar fortificar Madrid.


Un día de mayo de 1085, las tropas del rey Alfonso VI se acercan a Magerit. Al amanecer llegaron las tropas a la puerta de la vega, iban cautelosos para sorprender al enemigo, de repente uno de los soldados se separa del pelotón y comienza a trepar por la muralla hincando la daga por las juntas de la piedra. Subió tan ágilmente que todos empezaron a decir que parecía un gato. Cuando comenzó la lucha el hombre ya había subido arriba, corrió al torreón de la fortaleza y cambio la bandera mora por la enseña cristiana.


En memoria de esta hazaña, desde ese momento él y todos sus sucesores cambiarían el nombre por el de gato. Desde entonces a todos los nacidos en Madrid se le llaman “gatos”


(Foto de ArteHistoria)