miércoles, 10 de agosto de 2016

Plaza del Marqués de Albaida - Laredo

La Plaza del Marqués de Albaida se halla en el centro de la vieja puebla sobre el eje religioso de la rúa de Santa María y a la altura donde, en tiempos, debió  alzarse un pequeño puente cruzando el arroyo Bario. Ocupa la cuarta parte de una manzana de mayor tamaño y debió abrirse en época moderna de modo similar al de la plaza de Bermeo, aunque sin hallarse presidida por un edificio de carácter especialmente representativo. Mantiene la oblicuidad existente entre las calles transversales y longitudinales y acusa en su ángulo sureste el fuerte quiebro de la calle de Santa María.
En el conjunto de su edificación destaca como inmueble más antiguo e importante la torre tardogótica de Gutiérrez Roda. Su tipología de torreón urbano, hoy muy transformado, sobresale en el frente norte de la plaza siguiendo la alineación de la calle de Santa María. A su lado se ha reconstruido un inmueble de forma inconveniente y, en la alineación sur, han sido modificados algunos modestos exteriores tratando de recoger las antiguas características del resto de la edificación, mezcla de modelos urbanos y populares. La recta alineación norte, con dos plantas bajo soportales, puede fecharse en torno a 1900. Del lado poniente, la edificación auxiliar de una planta y el solar cerrado por un muro hacen que se incorporen al espacio las fachadas traseras de las casas de la calle posterior. La plaza produce, así, una sensación de inestabilidad espacial que acusa aún más la fuga espacial hacia la parte baja de la puebla como consecuencia de la fuerte pendiente de la ladera sobre la que se asienta. Para contrarrestar esta inclinación y conseguir un espacio horizontal se ha sobreelevado la mayor parte de su superficie central a partir de un muro perimetral que hace las veces de poyo corrido. Esta plataforma horizontal deja sólo dos lados para la circulación rodada y tiene un pavimento de losas regulares, plantaciones de plátanos y una fuente de fundición de cuatro tazas, como tema principal. En época de floración las copas de los árboles transforman el conjunto del espacio, comprimiéndole a límites extremos. 

(La plaza en la ciudad)

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