lunes, 27 de febrero de 2017

Plaza de Dalí - Madrid

Madrid es una caja de sorpresas. Las hay de todos los tipos, y esta tiene el doble interés de pertenecer a la historia más actual, y a veces por eso más desconocida, y de involucrar a uno de los mayores genios de la pintura española: Salvador Dalí. Y es que es de su creatividad ilimitada de donde surgió la idea de la plaza de la avenida de Felipe II y del monumento que la adorna, dedicado al físico Isaac Newton.
Parece ser que fue en una conversación entre el alcalde madrileño Enrique Tierno Galván y el pintor Dalí cuando surgió la idea de ese monumento a Newton, a partir de una escultura del Museo de Figueras que se basaba en el cuadro del artista titulado Fosfeno de Laporte. La figura humanoide que se ve al fondo del cuadro es la que se reproduce en la plaza de Dalí.
La estatua, de 3,90 metros de alto, está colocada sobre un cubo de piedra pulida negra en cuyas cuatro caras laterales se leen las letras que forman la palabra «Gala», la musa y compañera del artista. Tras la figura aparece un enorme dolmen de granito -su piedra superior pesa 350 toneladas-, que primero iba a ser más naturalista, pero resultó finalmente con formas geométricas recias. El ingeniero Jesús Jiménez y el arquitecto municipalAlfonso Güemes desarrollaron la idea, que se acompaño de un trabajo en el pavimento de toda la plaza. Un pavimento que, con gran disgusto de las asociaciones vecinales de la zona, fue sustituido en 2005 tras una remodelación municipal.

(ABC VIAJAR)

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