sábado, 30 de julio de 2016

El milagro de Morella

En la calle de la Virgen, en la localidad castellonense de Morella, una placa señala la casa donde cuentan que san Vicente Ferrer obró un milagro a principios del siglo XV. 
Cierta mujer, atribulada por no tener carne que ofrecer al santo, despedazó a su hijo y lo puso al fuego. 
Cuando san Vicente descubrió el terrible hecho recompuso entero al muchacho, a falta de un dedo que se había comido la madre para probar el punto de sal.

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