sábado, 8 de junio de 2013

El Canónigo arrepentido

Mateo Vázquez de Leca (puede ser Lece), bautizado en la trianera Iglesia de Santa Ana el 22 de noviembre de 1573. Hijo de Andrea Barrasi, arcediano de Carmona. Se crió en el Palacio Arzobispal de Sevilla, bajo la protección del cardenal Rodrigo de Castro. Su carrera fue deslumbrante: a los 14 años ya era canónigo de la Colegial del Salvador, a los 18, heredó la canonjía y arcedianato tras la muerte de su tío gracias a una bula papal, pues no tenía la edad requerida.
Ese mismo año, cuando parecía estar en la cumbre, ocurrió su extraña desgracia. Tras la procesión del Corpus se cruzó con una mujer. Mateo sintió una poderosa llamada a seguirla. Los dos entran en la Catedral. Cuando llegan cerca de la Virgen de los Reyes, el hombre le pide a la mujer que se desnude. Ella lo hizo. Debajo de las ropas lo único que vio fue un esqueleto. El arcediano huyó en un grito: “¡Eternidad!”, aullaba.
Desde aquel día se impuso un voto de pobreza y recato.

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