Esta Virgen tiene un morado en la frente, que según cuenta la leyenda, fue causado por el maestro que la hizo.
El maestro realizó diferentes tallas pero ninguna le gustó.
El imaginero tuvo que ausentarse durante un tiempo y, al volver, vio que su ayudante había terminado la imagen mucho mejor que él mismo lo hubiese hecho. Muerto de envidia e ira, cogió un martillo y se lo lanzó a las imagen. El martilló rebotó en la imagen, causándole un hematoma, un moratón, (blau en catalán) en la frente.
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