sábado, 17 de octubre de 2015

Leyenda de la Virgen de la Barca - Navia

Era una tarde en Navia, ya desde la mañana el día apareció azul con gran claridad.
Los pescadores se encontraban de muy buen humor porque había sido un gran día de pesca para los que volvían y prometía serlo para los que empezaban la jornada.
La flota que ahora salía, estaba compuesta de diez barcas de seis remos, y cuando el sol ya se iba ocultando, se echaron a la mar. Sin necesidad de alejarse mucho de la costa, puesto que todavía no había subido la marea, lanzaron las redes, con la sorpresa de una gran captura cada vez que las lanzaban.
Tan impresionados estaban, que no se dieron cuenta que se estaba formando una gran tormenta, justo encima de ellos. Cuando los relámpagos empezaron a deslumbrar, los pescadores salieron de su letargo, y planearon volver al puerto.
No pudieron hacer gran cosa, ya que cada vez, la tormenta era más grande, las olas inmensas y ellos apenas podían avanzar. Cuando casi llegaban a puerto, las olas les hacían retroceder y así se tiraron casi toda la noche. La situación cada vez era más insostenible, cuando a uno de ellos se le ocurrió rezar a la Virgen y todos le siguieron esperando un milagro.
Ya resignados estaban, cuando de pronto una de las barcas que estaba en peores condiciones, sintió un golpe como si se hubiera encallado en una roca, pero en lugar de resquebrajarse la barca, se inició una gran calma y con la luz de los relámpagos vieron que la última ola los había dejado en una roca, que la barca no tenía nada roto y que a un lado de ella estaba la imagen de una Virgen con el niño en brazos. La amarraron y con mayor fe que nunca se pusieron a rezarla y a darle las gracias.
A partir de ahí, el mar entró en calma, y llegaron a puerto casi al amanecer el día 15 de agosto, todo el pueblo estaba en espera de noticias y cuando los vieron llegar ellos contaron el suceso y comprendieron que la Virgen había obrado el milagro. Allí mismo, en aquella roca que desde este suceso se llama Peña de Nuestra Señora, fue proclamada Virgen de los naviegos. Se le hizo una iglesia en el pueblo y el pueblo la honraría con el nombre de Nuestra Señora de la Barca.

La leyenda de la Virgen de la Barca:

Era una tarde en Navia, ya desde la mañana el día apareció azul con gran claridad.
Los pescadores se encontraban de muy buen humor porque había sido un gran día de pesca para los que volvían y prometía serlo para los que empezaban la jornada.
La flota que ahora salía, estaba compuesta de diez barcas de seis remos, y cuando el sol ya se iba ocultando, se echaron a la mar. Sin necesidad de alejarse mucho de la costa, puesto que todavía no había subido la marea, lanzaron las redes, con la sorpresa de una gran captura cada vez que las lanzaban.
Tan impresionados estaban, que no se dieron cuenta que se estaba formando una gran tormenta, justo encima de ellos. Cuando los relámpagos empezaron a deslumbrar, los pescadores salieron de su letargo, y planearon volver al puerto.
No pudieron hacer gran cosa, ya que cada vez, la tormenta era más grande, las olas inmensas y ellos apenas podían avanzar. Cuando casi llegaban a puerto, las olas les hacían retroceder y así se tiraron casi toda la noche. La situación cada vez era más insostenible, cuando a uno de ellos se le ocurrió rezar a la Virgen y todos le siguieron esperando un milagro.
Ya resignados estaban, cuando de pronto una de las barcas que estaba en peores condiciones, sintió un golpe como si se hubiera encallado en una roca, pero en lugar de resquebrajarse la barca, se inició una gran calma y con la luz de los relámpagos vieron que la última ola los había dejado en una roca, que la barca no tenía nada roto y que a un lado de ella estaba la imagen de una Virgen con el niño en brazos. La amarraron y con mayor fe que nunca se pusieron a rezarla y a darle las gracias.
A partir de ahí, el mar entró en calma, y llegaron a puerto casi al amanecer el día 15 de agosto, todo el pueblo estaba en espera de noticias y cuando los vieron llegar ellos contaron el suceso y comprendieron que la Virgen había obrado el milagro. Allí mismo, en aquella roca que desde este suceso se llama Peña de Nuestra Señora, fue proclamada Virgen de los naviegos. Se le hizo una iglesia en el pueblo y la honraron con el nombre de Nuestra Señora de la Barca.


(Leyendas asturianas)

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