martes, 4 de agosto de 2020

Alcázar andalusí de Córdoba

El alcázar andalusí de Córdoba, también llamado alcázar omeya, fue una fortaleza situada en Córdoba, España, de la cual solo quedan algunos restos, incluyendo los baños califales convertidos en museo. El término alcázar andalusí ha venido a sustituir al tradicional de alcázar califal ya que este fue la sede del gobierno de al-Ándalus desde la llegada de los musulmanes en el siglo VIII hasta la conquista cristiana, en 1236. Dicho término hace referencia a una serie de construcciones heterogéneas que iban desde las dependencias privadas de emires, califas y sus allegados a las áreas destinadas al servicio, pasando por los diferentes despachos oficiales desde donde se gobernaba al-Ándalus, todas ellas rodeadas por una muralla que rodeaba una extensión de 39.000 m². No debe confundirse con Alcázar de los Reyes Cristianos.

Descripción
De la configuración del alcázar sólo conocemos los nombres de algunos de sus palacios y jardines gracias al historiador al-Maqqari, quién recogió la información de ibn Baskuwal: Los emires construyeron en su alcázar verdaderas maravillas; levantaron monumentos extraordinarios y bellos jardines que regaron con aguas traídas desde la serranía de Córdoba.
Pese a la construcción de la ciudad palatina de Medina Azahara, el alcázar no perdió su protagonismo dentro de la corte. Así nos lo indica las obras que Abderramán III realizó, como la construcción de una casita anexa a la muralla donde guarda varios leones que, a decir de las fuentes, eran utilizados para torturar a los presos. También construyó nuevas canalizaciones de agua y el Dar al-Rawda o Casa del Jardín. Por su nombre, posiblemente se situara junto a al-Rawda, el jardín dónde se localizaba, además, el cementerio real.

Estado actual
Tras la conquista cristiana, el edificio perdió su función como centro de poder político para convertirse en centro religioso con la construcción del palacio episcopal, aprovechando restos de la muralla del alcázar que hoy pueden verse integrados en la fachada del propio palacio, así como en parte del palacio de Congresos. Igualmente, en un pequeño patio al que se accede desde el patio principal de dicho palacio puede verse uno de los torreones que protegían el lienzo norte del alcázar.
Junto a estos restos, lo único que se conserva del alcázar son unos baños, los llamados baños califales, situados en el Campo Santo de los Mártires.

Wikipedia

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