Amadeo Vives dirigía el ensayo de una de sus obras. En un momento dado dijo a los miembros de la orquesta:
—Ahora ustedes, los músicos...
—Perdón, maestro —le interrumpió uno—, nosotros somos profesores.
— ¡Ay! Es verdad, nunca me acuerdo. Ustedes son profesores, músico lo era Beethoven.
Carlos Fisas
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