martes, 4 de marzo de 2008

Anita Delgado - Maharajaní de Kapartula



La historia que os voy a contar es absolutamente cierta. La reciente boda del heredero de la corona con una señorita periodista me ha traído a la memoria otra boda, ocurrida hace casi un siglo, entre un monarca reinante y una bailarina de segunda fila que, de no ser por ese casamiento, no habría pasado a la historia del cuplé.
Anita Delgado nació en Málaga el 8 de Febrero de 1890 hija de un matrimonio que regentaba un modesto cafetín. Agobiados por su precaria situación económica, la familia decide emigrar a Madrid. Allí Anita y su hermana continúan con su afición al cante y al baile y el imperativo económico lleva a las niñas a trabajar como teloneras del Central-Kursaal, una de las muchas salas de café-concierto de aquel entonces.
A los dieciséis años Anita ya había sido solicitada por Ricardo Baroja y por Romero de Torres para posar como modelos de sus lienzos, a lo que ella se negó, mientras que su hermana Victoria si acepto.
En el Central-Kursaal, Anita estaba ajena a la mirada atenta de un notable espectador: el Maharajá de Kapartula, príncipe indio que había acudido a Madrid con motivo de la boda de Alfonso XIII. Tras varias tentativas fallidas del Maharajá por conocer a Anita , este tuvo que salir precipitadamente de España, tras el atentado contra los Reyes de España en la calle Mayor.
Desde París, el Maharajá solicita la mano de Anita. Aun cuando esta no quería aceptar, es convencida por Valle-Inclan y Romero de Torres. Marcha a París para posteriormente viajar a la India donde se caso el 28 de Enero de 1908, cuando contaba tan solo dieciocho años. El fastuoso enlace se celebro en un altozano lindero al palacio de Kapartula. Anita llegó montada en un elefante, aromada de mirra, con un vestido de seda.

A partir de entonces, Anita se convirtió en una de las mujeres mas envidiadas del mundo. Escribió un libro: "Impresiones de mis viajes a las Indias", durante sus recorridos por Europa. Habiendo tenido un hijo, se esfuerzó en enseñarle a hablar español, a pesar de que ella misma empezaba a olvidarlo.
En 1914 estalla la I Guerra Mundial y el Maharajá de Kapartula figura entre los príncipes que ofrecen a Inglaterra sus servicios. Anita recorrerá toda Europa haciendo importantes donativos a los hospitales franco-británicos, a los que visita con frecuencia. Las relaciones con el Maharajá comenzaron a deteriorarse provocando el divorcio y la expulsión, junto con su hijo, de la India.
No obstante, seguía siendo una mujer importante y en París asistía regularmente a los famosos bailes del Ritz, donde era asediada amorosamente por el Nizan de Hyderabad. Huyendo de él vuelve a su Málaga natal. Sigue visitando las capitales europeas, París, Londres y se asienta definitivamente en Madrid, donde muere a principio de los años sesenta.
Teo F. Atienza.

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