jueves, 7 de agosto de 2014

La madre de Juan de Austria

En febrero de 1545 nacía el fruto de los amores de Carlos I con una joven flamenca llamada Bárbara Blomberg. A pesar de que el emperador contaba sólo cuarenta y cinco años puede hablarse  de una pasión senil. Los achaques y los abusos en la comida y en la bebida habían convertido en un viejo a aquel hombre maduro. La gota le atosigaba y estaba continuamente en manos de médicos y su unión con la rolliza Bárbara no puede explicarse mas que por haber sucumbido a una tentación que, por lo demás, su posición social hacía fácil.
El niño fue separado de su madre que en 1548 contrajo matrimonio con un tal Jerónimo Kagel, pequeño empleado en la corte de María de Austria. En 1569 enviudó y el rey Felipe II le concedió una pensión de 4.944 florines. Llevó desde entonces una vida un tanto alegre y disipada. Dada a los lujos y a las galas se le tuvo que llamar la atención repetidas veces.
El hijo fue el celebre Juan de Austria, que sólo conoció a su madre cuando fue nombrado gobernador de los Países Bajos en 1577. Se puede suponer cómo fue el encuentro al saber que la envió a España, a donde llegó el 3 de marzo del mismo año desembarcando en Laredo.
A la muerte de su hijo se le atribuyó una renta de 3.000 escudos que gastaba en comidas y vestidos. Al final se retiró a Colindres, en donde murió en 1598.
Está enterrada en el convento de franciscanos de Escalate.


(Historias de la historia - Carlos Fisas)


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