martes, 10 de julio de 2018

La cascada de colores - La Palma

¿Sabéis que existe realmente el final del arcoiris? Pero no hay una olla llena de oro ni está hecho de cielo: está hecho de AGUA. Y como si del cuento del Mago de Oz se tratara, para llegar hasta allí sólo hace falta seguir el camino de baldosas amarillas.
Así de mágica es la visita a la conocida Cascada de Colores en la isla de la Palma, en Canarias. En plena Caldera de Taburiente, nos encontramos un cartel que decía “Cascada de Colores 500m”. Dudamos si llegar hasta allí o no ya que era desviarnos 1km de la ruta principal pero ante un nombre como ese no pudimos resistirnos. ¡Y mereció la pena!

EL RÍO DE BALDOSAS AMARILLAS
El camino empieza por el lado izquierdo del río (apenas sin agua, al menos en abril) adentrándonos cada vez más en el cañón. A unos 200m llegamos a un punto en el que hay un camino hacia la izquierda marcado por el río de piedras negras, y un camino hacia la derecha formado por el río de baldosas amarillas.

LA CASCADA NEGRA
Siguiendo el río negro, a unos pocos metros llegamos a una pequeña, aunque imponente, cascada donde podréis daros un chapuzón. A los pies se forma un manantial de aguas cristalinas y muy frías que os dejarán como nuevos.

¿POR QUÉ ES AMARILLO EL RÍO?
El camino amarillo de la derecha es el que nos llevará a la Cascada de Colores. ¿Cómo es posible que el agua y las piedras tengan ese color tan amarillo? La respuesta está en la tierra, y en la alta cantidad de hierro que hay en ella. El intenso amarillo contrasta con el gris y negro de las rocas y forma un paisaje muy peculiar.
Llegados a un punto hay que remangarse el pantalón y empezar a andar por el mismo río. Podéis dejar las mochilas y las zapatillas en un lado del río y continuar descalzos con cuidado por el agua. No hay mucha profundidad y es la única manera de llegar a la cascada.

LA CASCADA DE COLORES
Casi llegando a la cascada hay que salvar una zona algo más profunda del río. Si no queréis “nadar”, se puede pasar con algo de habilidad trepando por la pared de roca que bordea el río. Es un poco complicado pero se puede hacer con cuidado. (No es recomendable para personas que no estén preparadas físicamente o no tengan el material necesario para no resbalar.) Y una vez salvamos este pequeño tramo llegamos a la esperada cascada de colores. Y realmente es una cascada con muchos colores tan intensos como si estuvieran pintados con óleo.

HISTORIA DE LA CASCADA
La pared fue construida en los años 60 para intentar contener el agua de la Caldera. Así nació la cascada, y el hierro y otros minerales se encargaron de teñirla de colores.
2km más arriba, se encuentra la otra cascada de colores de 8m de altura y totalmente natural. Sin embargo para llegar a ella hay que escalar la primera, y el acceso es realmente difícil por lo que no está recomendado si no se tiene el conocimiento y el material adecuado. Nosotros no teníamos prevista esta visita que fue toda una sorpresa del viaje, así que no pudimos conocer la otra cascada.
Esperamos que os haya gustado, y os recomendamos sin duda que vayáis a visitarla. La Palma es conocida como la isla de los senderistas y no es para menos. Muy pronto os contaremos más de esta isla y sus paisajes tan peculiares.
Un saludo y ¡buen kamino!

(Buen Kamino)

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