domingo, 18 de junio de 2017

El toro rojo de Atxulaur

Cuentan en Orozco, que en la cueva Atxulaur situada en el monte Itzine vivió un ladrón. Fruto de sus robos, llevados a cabo durante muchos años, acumuló gran cantidad de oro dentro de la cueva. Una vez que se trasladó a otras tierras a realizar una de sus fechorías fue asesinado, y nadie sabía dónde había escondido toda su riqueza. 
Varios forasteros fueron a la cueva de Atxulaur en busca del tesoro, pero en la entrada se encontraron con un gran toro rojo desafiante que arrojaba fuego por la boca y sus fosas nasales. Era el espíritu del ladrón. Los forasteros huyeron asustados, volvieron otro día con los huesos del ladrón y los depositaron en la entrada de la cueva. Entonces el toro les dejó entrar ya que los restos del ladrón podían descansar eternamente. 
Y así pudieron recuperar el tesoro que se encontraba escondido en un profundo agujero de dicha cueva.

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