domingo, 29 de abril de 2018

Plazas de Soberanía - 5. Isla de Alborán

Extensión: 0,07 kilómetros cuadrados Altura máxima: 15 m.
Distancia a las costas: 93 km a la española, 56 a las africanas.
Y aquí lo tenemos muy fácil. La isla de Alborán y el islote adyacente de la Nube o las Nubes pertenecen administrativamente desde 1884 a la ciudad de Almería, y están actualmente habitadas por un destacamento militar de la armada española que permanece allí durante 20 días y por algún biólogo de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía. Su nombre proviene del corsario tunecino Mustafá ben Yusuf el Magmuz ed Din, también llamado Al-Borany, que utilizaba la isla como base de operaciones. Es un caso único, en el que un corsario da nombre a una isla y, por extensión, a un mar, aunque parece ser que en lengua turca antigua, Al-Borany puede significar tempestad o tormenta.
De origen volcánico, casi toda la costa es acantilada, salvo dos pequeñas playas que sirven de fondeadero. No hay cobertura de móvil, y sus ocasionales habitantes se entretienen, cómo no, jugando al ping pong y al futbolín y haciendo gimnasia.
En la isla hay un faro y un cementerio con 3 tumbas donde está enterrada la mujer del farero, la suegra de otro farero y un piloto alemán de la Segunda Guerra Mundial que llegó a la isla a la deriva. También está enterrado, fuera del cementerio, el corsario Al-Borany, según algunas fuentes.
Nunca ha habido una población estable, salvo el farero y su familia, que, cuentan las leyendas, enloquecían en la isla al no tener otra función que encender el faro al caer la tarde. En una isla azotada por los constantes vientos procedentes de África y sin recursos naturales (aparte de la pesca), de tierra yerma, sin agua potable... no sería de extrañar que parte de estas leyendas fuesen verdaderas. Podemos imaginar la soledad de esas familias en una isla en medio del mar, en medio de ninguna parte, con el sonido de las olas rompiendo contra sus acantilados y de las gaviotas peleando entre sí. Los fareros eran abastecidos cada 15 días por el barco que hacía la ruta entre Almería y Oran, pero 
pocas las ocasiones en que ios temporales o las hueigas impedian a ios narcos llegar ai islote y obligaban a los alboreños a racionar los alimentos.
La isla de Alborán aparece ya en antiguas cartas de navegación como punto estratégico, fondeadero, zona de descanso y encrucijada en las rutas comerciales que unían Europa y África. Como casi todas las islas de este tipo del Mediterráneo, sirvió como refugio de piratas y corsarios y fue escenario, en 1540, de una de las primeras batallas en las que participó la Armada Española, que más tarde se llamaría la Invencible. Desde entonces pertenece a España y así lo demuestra la bandera que se iza todos los días y que ha de ser repuesta todas las semanas; tales son los vientos que soplan por aquellas latitudes.

(Blog de las Banderas)

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