viernes, 15 de noviembre de 2019

Lobos marinos y tesoros moriscos


Multitud de puntos del litoral mediterráneo mantienen nombres alusivos a un animal que, hasta no hace muchas décadas, habitó por estas costas.
Se trata de la foca monje del Mediterráneo (Monachus monachus), o lobo marino, de la cual aún cuentan diferentes historias los más mayores de, entre otros lugares, El Campello y la isla de Tabarca (Alicante), donde encontramos sendas cuevas del Llop Marí, en las cuales se ambientan diferentes leyendas sobre lobos marinos y tesoros moriscos.
La tradición oral cuenta que, sobre todo a finales del siglo XIX, un temido y monstruoso lobo marino enredaba y malograba las redes de los pescadores, además de atacar sus barcas y a todo marinero que en estas se encontrase. Si hacemos una consulta en la hemeroteca, podemos comprobar que la última foca monje (o lobo marino) de la que se tiene constancia en la costa alicantina data del año 1951, cuando esta fue asesinada en la isla de Tabarca. A pesar de todo, en estos últimos años se ha dejado ver algún ejemplar en el archipiélago balear, lo cual resulta esperanzador, en cuanto a biodiversidad se refiere.
Pero la cueva del Llop Marí de El Campello es escenario de otras leyendas ambientadas en la época posterior a la Conquista cristiana, a partir del siglo XIII, y en la época correspondiente a la expulsión de los moriscos, en los primeros años del siglo XVII. Cuenta la tradición que la cueva se comunica con las entrañas de la cercana sierra del Cabeçó d’Or —escenario de otras tantas leyendas— y que, desde el mar, los piratas berberiscos se sumergían en el complicado entramado de grutas para esconder los numerosos tesoros procedentes de sus pillajes. Otra leyenda cuenta que, tras el decreto de expulsión de los moriscos, un viejo árabe llamado Alí escondió sus más preciadas pertenencias en las cuevas de Canelobre, lugar en el que fue asesinado por los cristianos y desde el cual su hija Gesamina escapó de estos dirigiéndose, por el interior de la sierra, a la cueva del Llop Marí, en El Campello.
A escasa distancia de esta cueva encontramos otro lugar de leyenda que, de hecho, también ha mantenido un nombre alusivo a lo que cuenta la tradición oral. Se trata de los llamados Banyets de la Reina (o Baños de la Reina), en cuyas aguas marinas se debió recrear una joven reina árabe. El lugar, que en realidad es una antigua piscifactoría romana, se encuentra en la pequeña península conocida como Illeta dels Banyets (islita o, isleta, según algunos textos), la cual constituye un imortante yacimiento arqueológico, visitable, cuyos vestigios atestiguan el paso de diferentes culturas, desde la prehistoria hasta la época de la dominación musulmana, pasando por la Edad del Bronce, cultura ibérica, la ya citada romana y la islámica.
Actualmente, en una de las rotondas de El Campello, en la intersección entre las calles Ausias March y San Bartolomé, podemos ver una escultura del Llop Marí (obra de José Manuel García Cerveró, “Jere”), es decir, de una foca monje, en memoria de la leyenda local.

Sendas y Leyendas 

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