sábado, 26 de septiembre de 2020

Masca - Tenerife


Incluso en la super turística Tenerife quedan rincones con encanto, aunque para encontrarlos tengamos que dar vueltas y vueltas por carreteras endemoniadas. Pero la recompensa suele merecer la pena. Esto ocurre en Masca, que pasa por ser la aldea más espectacular de la isla: un pueblo encaramado en lo alto de un risco del parque natural del Teño, rodeado de montañas y que sirve de puerta de entrada al barranco de Masca. Por su situación y la belleza del entorno se le ha hermanado con Machu Picchu. Y la verdad es que se parecen. 

Esta localidad canaria se asienta sobre el mismísimo borde de una cresta y parece que el menor soplo de aire pudiera desplazarla cientos de metros hasta el pie del valle. La carretera de subida al pueblo, que traza algunas curvas espeluznantes, es una de las grandes experiencias de conducción en Tenerife.

Masca está en el punto más remoto de la isla, la punta que sobresale hacia el Atlántico en el noroeste. Conserva un sorprendente aire agreste, con las olas rompiendo contra la playa volcánica, las montañas solitarias alzándose como gigantes y unas puestas de sol alucinantes. Una ruta recorre este tajo que, tras grandes desniveles y una complicada bajada, acaba en una playa de arena negra. La vuelta es más complicada y hay quien prefiere llegar a Masca en coche o en taxi y volver después al puerto de los Gigantes contemplando los maravillosos acantilados. Sus casas son una muestra atemporal de arquitectura tradicional canaria, aunque el pueblo fue devastado por un incendio hace unos años. Hoy está totalmente restaurado.

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