miércoles, 21 de septiembre de 2016

A fala de San Martín de Trevejo

Transcurría el año 1157, del cual, se tiene conocimiento escrito de la existencia del Castillo de Trevejo, que suponía un lugar estratégico pero despoblado del Valle de Jálama y del primitivo asentamiento de San Martín de los Vinos, más tarde en 1230, llamado de Trevejo. Por tanto, hay que considerar que a partir de esta fecha, San Martín de Trevejo se constituye como núcleo poblacional con gentes venidas del norte, dentro del fenómeno repoblador cristiano sobre tierras reconquistadas a los sarracenos.
No parece dudarse, por tanto, de que el origen del 'A fala' fuera la común o similar habla de las gentes del norte de lengua galaica y astur-leonesa llegadas para la repoblación, allá por el siglo XII, así como de otras migraciones habidas posteriormente en el siglo XVI de igual suerte. De hecho, en el siglo XII, la zona que nos ocupa en esta aventura cultural era parte del reino de León y, sin más, Os foros de Castelo Rodrigo están redactados en gallego con rasgos leoneses, sustrato sobre el que se sustenta el actual 'A fala'.
Según los eruditos, se considera hoy 'A fala' como un dialecto de origen galaico portugués. Evidentemente, la cercanía del Valle de Jálama con la frontera portuguesa se deja notar y es palmaria la influencia que ejerce el trasiego diario y comercial. No obstante, resulta evidente que 'A fala' no es, en puridad, portugués ni gallego ni, tampoco, astur leones sino, posiblemente, una mezcla de todo ello, incluso con reminiscencias del castellano antiguo y del ladino sefardí. Es posible que la mezcla de todas estas arcaicas lenguas haya conferido a esta habla un sincretismo propio e independiente. Una especie de esperanto que, con el único deseo de que perdurase entre sus gentes, sea hoy como lo ha sido durante más de ocho siglos, el instrumento necesitado o querido por quien lo usaba antaño y usa actualmente como herramienta de común entendimiento.
Por tanto, el misterio de esta habla, a pesar de las disparidades de criterio de los estudiosos y de los intereses nacionalistas gallegos actuales por atribuírsela intrínsecamente como gallega, no resulta tanto un misterio en su origen como, sobre todo, de su perceptible pervivencia a lo largo de tan dilatado periodo de tiempo, llegando a nuestros días.
Sea como fuere, amigo lector, en el Valle de Jálama, al sur de la Sierra de Gata, pervive una lengua o habla que mantienen viva, desde muy antiguo, tres pueblos; San Martín de Trevejo, Eljas y Valverde del Fresno, los únicos donde ha perdurado a lo largo de los siglos, prueba inequívoca, sin duda, de una secular complacencia colectiva por mantener, como seña de identidad, esta oralidad.

(Acampamos.com)

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