sábado, 31 de agosto de 2019

Leyenda del pescador de Torrevieja

Hace mucho tiempo, cuando Torrevieja no contaba más que con cuatro casas, vivía allí un joven pescador quien, como de costumbre, salía con su barca todas las mañanas antes de romper el alba. Tanto pescaba que, a su regreso, abastecía a su familia y a unos pocos vecinos.
Un buen día, con un sol radiante y el mar totalmente en calma, se encontraba el pescador en la cala Cornuda, fondeado y pescando sosegadamente. Tal era la paz del lugar que, sin darse cuenta, se quedó profundamente dormido. Cuando despertó no supo adivinar cuánto tiempo había durado su sueño, aunque pensó que debió de ser mucho, pues frente a él había una costa totalmente diferente a la de su hogar, Torrevieja, y más tarde pudo conocer que se encontraba en la lejana ciudad de Orán, en la costa mediterránea de África.
Conoció allí a una hermosa y joven mujer, nada más desembarcar, de quien se enamoró perdidamente antes de que dijera palabra alguna. Su amor parecía ser correspondido, pues tanto insistió la joven muchacha en que el pescador se quedase allí a vivir, con ella, que no dudó este en complacer su deseo, que también era el suyo. Era una mujer pudiente, hija de algún hombre acaudalado, pues la casa en la que había vivido sola hasta que conoció al joven pescador, era una especie de palacete donde no faltaban criados.
Resultó que estaban los enamorados un día en la playa de Orán, en el lugar justo en que el joven había dejado su barca meses atrás y, charlando y riendo, decidieron tumbarse en la cubierta de la barca, donde quedaron finalmente dormidos. Tampoco supo esta vez, el joven pescador, cuánto tiempo pudo pasar, pero cuando despertó se encontraba de nuevo en Torrevieja, en la cala Cornuda. Incluso pensó que todo podía haber sido un sueño. Pero no, todo había sido real.
Cuentan que la mujer era una vieja y experimentada bruja que, a su antojo y utilizando su oscura magia, se había lanzado un hechizo a ella misma para ser joven y hermosa durante un tiempo y, así, volver a sentirse amada. Cuando comprobó que ese precioso tiempo se acababa decidió, muy a su pesar, devolver a su amado pescador al lugar al que pertenecía: Torrevieja.


Sendas y Leyendas 

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