lunes, 19 de agosto de 2019

Ifach - El peñón que surgió el mar

Hace mucho tiempo, en el fondo marino en torno a la costa de Calpe habitaba una
numerosa colonia de sirenas, quienes plácidamente nadaban en las cristalinas aguas del lugar, repletas de coral y de multitud de peces de mil colores. Sus quehaceres diarios no consistían en más que recorrer el fondo marino, buscar los mejores bancos de peces y, entre todas, ahuyentarlos hacia la costa para que, sin escapatoria, cayeran en las famélicas
redes de los pescadores calpinos. Y eso hacían: ayudaban a los marineros de Calpe a que
tuvieran siempre una abundante pesca y, en compensación, estos no las hostigaban ni las
molestaban lo más mínimo.
Pero un día apareció, por las aguas del lugar, un irascible y malvado genio que
constantemente las acosaba y las perseguía, sin dejarles un segundo de descanso y, por
supuesto, impidiendo que realizasen su rutina diaria: ayudar a los pescadores. En poco
tiempo su problema no solo sería el genio malvado, sino también los pescadores, quienes
comenzarían a perseguirlas para pedir explicaciones y, quién sabe, tal vez capturarlas.
Desesperadas y sin querer abandonar el que era su hogar, el fondo marino de Calpe, se
afanaron las sirenas en pedir ayuda al dios de los mares, Neptuno. No tardó este en oír la
llamada de auxilio y, sin demora alguna, envió al lugar a uno de sus mejores
genios, un genio benigno que tal pavor causó en su enemigo, el que acosaba a las sirenas,
que intentó salir este huyendo a toda prisa del mar y, sin terminar de emerger, allí quedó
petrificado, formando el actual peñón de Ifach.
Actualmente, los días que el peñón amanece envuelto en la niebla, cuentan que es el genio
malvado intentando escapar de su maldición, pero los primeros rayos de sol siempre consiguen disipar la bruma. También dicen que, quien logre presenciar esto, será feliz para siempre.
¿Quién sabe? Sea como sea, seguro que un amanecer con el peñón de Ifach como escenario no tiene precio.

Sendas y Leyendas.

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