LA FINCA, LA CASA Y EL JARDНN EN EL QUE CRECE ESTE EJEMPLAR PERTENECEN, EN LA ACTUALIDAD, A LOS DESCENDIENTES DEL CELEBRE VIAJERO Y ESCRITOR THOR HEYERDHAL.
Este raro ejemplar fue plantado a partir de una semilla traída desde Venezuela por el poeta güimarero don Arístides Hernández Mora, que fue juez municipal y secretario del Ayuntamiento de Güimar durante más de tres décadas. El día que abandonó Venezuela para regresar a Tenerife, en 1908, se tropezó en la plaza de San Francisco de Caracas con una "ceiba" que era Monumento Nacional; el viento había tirado al suelo numerosas semillas, que don Arístides recogió e introdujo en cajas de fósforos. A su llegada plantó en Güimar una de esas semillas, que, pocos años después, se transformó en un bello árbol, el único existente por entonces en Tenerife, y que aún se conserva a pesar de que, hacia 1917, estuvo a punto de morir como consecuencia de un hachazo que le propinó un sobrino.
Una característica de esta especie, como otras muchas tropicales, es su gran talla y la enorme cobertura de su copa, que, en este caso, puede cubrir un par de centenares de metros cuadrados y producir una magnífica sombra.
Hace una década, la casa y la finca anexa, incluyendo la ceiba, fueron adquiridos a los descendientes de don Arístides por el célebre viajero y aventurero Thor Heyerdhal, impulsor del Parque Etnográfico Pirámides de Güimar, quien vivió en este lugar hasta su muerte.
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Nombre científico: Ceiba pentandra (L.) Gaertn
Nombre común: ceiba
Denominación popular: Ceiba de don Arístides
Localidad (Provincia): Güimar (Santa Cruz de Tenerife)
Edad estimada: casi centenario
(Antonio Rigueiro)
De todo un poco. Leyendas, tradiciones e historias curiosas de todas las regiones de España. Unas son verdad y otras no tanto.
Selección
martes, 28 de noviembre de 2017
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