viernes, 24 de agosto de 2018

Pantano de Sallente - Lérida

Situado en un entorno de alta montaña, en la comarca leridana del Pallars Jussà, el pantano de Sallente se construyó en los años ochenta
A más de 1.700 metros de altitud, en plena Vall Fosca, y en un magnífico escenario en el que conviven agua, montaña y vegetación diversa, se encuentra nuestro próximo destino: el pantano de Sallente. La presa, con una altura de casi 90 metros, está situada en el municipio de la Torre de Cabdella, en la cabecera del río Flamisell, y recoge las aguas del Estany Gento y de los 26 lagos glaciales que alimentan este río.
El pantano de Sallente fue creado a principios de los años ochenta para poder abrir, en 1985, la Central Hidroeléctrica Sallente – Estany Gento, que tiene una potencia de 415 MW y que es la primera central reversible de Catalunya y la más potente. La central es subterránea y está excavada a la roca. El pantano de Sallente, al lado de esta central, es el embalse inferior de este sistema reversible, mientras que el estanque Gento es el superior.
Para acceder, debemos llegar al pueblo de Cabdella, a través de la carretera L-503, y tomar posteriormente una pista rural asfaltada que nos conduce hasta el embalse. Antes, podemos hacer una breve parada y visitar la iglesia de Sant Vicenç, ejemplo del románico pirenaico y que en 2008 fue declarada Bien Cultural de Interés Nacional por la Generalitat de Catalunya, o acercarnos al Mirador de Cabdella, con una bonita vista sobre el valle y una zona de picnic y barbacoa.
Una de las excursiones más conocidas es la que parte del embalse de Sallente hasta el refugio de Colomina, ubicado a casi 2.400 metros y que acaba de cumplir 100 años. Se trata de uno de los nueve refugios que integran la ruta Carros de Foc, un recorrido de alta montaña, de 55 kilómetros y 9.200 metros de desnivel acumulado, que nos dirige a los refugios y los 32 lagos que integran el Parc Nacional d’Aigüestortes i Estany de Sant Maurici.

Un parque único
A lo largo de la ruta, que transcurre por las comarcas del Pallars Sobirà, la Vall d’Aran, la Alta Ribagorça y el Pallars Jussà, disfrutaremos de un paisaje marcado por los bloques de granito y las canteras y avanzaremos por caminos de fuerte pendiente. Entre los refugios de Ventosa y Estany Llong, los montañeros más avanzados encontraran el punto más alto de esta travesía: el Collet de Contraix, a 2.749 metros de altura.
De julio a septiembre, se puede acceder a este parque, el único Parque Nacional de Catalunya, con el teleférico de la Vall Fosca, que se instaló en 1989 para la construcción de la central reversible de Sallente. Desde la presa (en la cota 1.750) el teleférico salva un desnivel de 450 metros en 14 minutos, llegando al Estany Gento (cota 2.200). Aquí se toma la vía verde del carrilet, cinco quilómetros para hacer en familia, siguiendo las antiguas vías del ferrocarril.

Pequeñas áreas urbanas
Por carretera, no podemos dejar de recorrer los cercanos pueblos de la Vall Fosca: Espui, La Torre de Cabdella, Mont-Ros, Paüls, Beranui y La Pobleta de Bellveí, entre otros, desde los que también se pueden emprender distintos itinerarios de senderismo, tanto para expertos como para realizar en familia. Asimismo, hacer un alto en La Central de Capdella también puede ser un plan didáctico y atractivo para los más pequeños ya que allí se encuentra el Museo Hidroeléctrico de Cabdella.
Carros de Foc es una ruta de alta montaña que conecta los refugios y lagos del Parc Nacional d’Aigüestortes i Estany de Sant Maurici
Un detalle gastronómico: hay que probar la girella, un embutido de carne de cordero con arroz, habitual en los desayunos de las ferias ganaderas que a lo largo del año se celebran en la zona. Y para cerrar nuestra escapada, vale la pena acercarse a Pont de Suert, capital de la Alta Ribagorça, y a una hora en coche desde Cabdella. Su oferta de alojamiento y restauración es variada y su precioso casco antiguo de inspiración medieval, seguro que nos fascinará.

(La Vanguardia)

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