Arenal- Esta calle va desde la Puerta del Sol á la plaza de Isabel II. Siempre ha figurado con el nombre que hoy conserva.
En 1656 compró Madrid terreno para ensanchar esta calle desde la callejuela del puente de San Ginés hasta la entrada de la de las Hileras. Existen antecedentes de construcciones particulares desde 1654.
Esta calle se llama del Arenal por el terreno arenoso o arroyo que había entre las parroquias de San Ginés y de San Martín.
Iglesia de San Ginés.— Con referencia á la antigüedad de esta parroquia, dice D. Juan Antonio Pellicer en su Discurso sobre varias antigüedades de Madrid: «El terreno que al presente ocupa la parroquia de San Ginés (1791), y mediaba entre la muralla y el monasterio de San Martín era, según parece, en el siglo XII un campo erial y arenoso; pero antes de los años 1250, o en el siglo XIII, ya hay noticia segura de que era uno de los arrabales de la Villa, porque refiriendo Juan Diácono el castigo que por blasfemar de San Isidro experimentó un recaudador del rey D. Fernando el Santo, que vino a Madrid a cobrar el derecho de la martiniega, advierte que estaba hospedado en el arrabal cerca de la iglesia de San Martín, en las casas de Pedro Carrantón.
»De la población de este arrabal se debe inferir la necesidad de levantar una parroquia para excusar a los fieles la molestia de concurrir a las que estaban dentro de la muralla, y que les caían á trasmano. Con efecto, en el año de 1358 se tiene noticia cierta de que estaba ya fundada la parroquia de San Ginés. Así consta de un Breve que el maestro Gil González Dávila vio y registró en su Archivo, dado por Inocencio VI en Aviñón, en 1358, concediendo varias gracias e indulgencias a los que diesen limosna para la fábrica de la iglesia, por haber robado su sacristía los moros y los judios cuya noticia basta para asegurar que la parroquia de San Ginés, aunque no es de las primitivas de Madrid, es más antigua que la de Santa Cruz, fundada, según se entiende, en el siglo XV, de cuya antigüedad, la primera noticia que trae Quintana es del tiempo del cardenal Cisneros, y que la de San Sebastián y todas las demás erigidas en los siglos XVI y XVII como refiere largamente el citado Quintana. Si la iglesia de San Ginés se fundó en el siglo XIV, como puede colegirse de lo dicho, permaneció su fábrica en pie hasta mediados del siglo XVII, según lo que refiere el licenciado Antonio León Pinelo en sus Anales de Madrid. La capilla mayor (dice) de la iglesia parroquial de San Ginés, por el año 1642, se cayó de repente, que su mucha antigüedad no permitía más duración; fué menester acabarla de arruinar con todo lo restante de la iglesia, la cual se encargó de levantar desde los cimientos Diego de San Juan, devoto y rico parroquiano, en que gastó 60.000 ducados, con tal ánimo y diligencia, que en este año, a 25 de Julio, se mudó el Santísimo Sacramento a la iglesia nueva con una solemne procesión que rodeó por la calle Mayor, donde hubo buenos altares y adorno de calles. Llevó el estandarte Diego de San Juan, acompañado de dos Grandes de España. Estuvo el Santísimo Sacramento, mientras duró la obra, en las casas del duque de Maqueda, en el cuarto bajo que sale a la plazuela de Celenque. Este mismo suceso cuenta un caballero de Madrid en carta a un amigo suyo, fecha 17 de Mayo de 1644, y expresando que este devoto parroquiano (á quien llama Juan de San Juan) era un mercader, concluye la relación con estas palabras: «Ha costado hasta ahora más de 60 000 ducados, y todo limosnas de la parroquia, que se obligó a pagar antes y cobrar después el dicho Juan de San Juan, cuyo ánimo y celo es digno de esta memoria.»
Según se ve, el templo actual es relativamente moderno. Sufrió un incendio el día 16 de Agosto de 1824, en el que pereció el famoso y celebrado cuadro de Francisco de Ricci, cuya pintura se hallaba colocada en el retablo de la capilla mayor. Merece especial mención la capilla del Santísimo Cristo; su construcción data de 1656, pero parece que había sido modificada en 1360, lo que arroja sobre la fundación una respetable antigüedad.
El chapitel de la torre es un verdadero pararrayos, en que la cruz suele hacer veces de aguja, y de conductores las aristas. Esta circunstancia fué observada por un fraile del convento de San Martín a principios del presente siglo, según afirma Madoz en su Diccionario Geográfico, y añade Mesonero Romanos que sobre el asunto publicó, en 1846, un folleto el cura do dicha parroquia, y una Memoria el señor marqués del Socorro.
La iglesia se ha reformado en 1872, inaugurándose nuevamente el día 2 de Febrero del citado año, festividad de la Purificación de Nuestra Señora. La obra fué encomendada al Sr. D. José María Aguilar, arquitecto de la visita eclesiástica. Se pensó derribar el templo en tiempo de la revolución y hacer un lindo square inglés.
En la noche del 14 de Julio de 1872, y cuando D. Amadeo y su esposa regresaban a Palacio, varios hombres que habían concertado en una taberna, sita en la calle de Ciudad Rodrigo, atentar contra la vida del Monarca, entre las cercanías del café de Levante y verja de la iglesia de San Ginés, dispararon sobre los Reyes, y a poca distancia, algunos tiros de retaco y de trabuco. Era por aquella fecha gobernador de Madrid el Sr. Mata. Comenta este hecho el señor Bermejo en su obra titulada Interinidad y guerra civil, manifestando los abusos que se cometían, dada la falta de energía de las autoridades. «El esplendor de las instituciones, dice, estaba reducido a la triste condición de que el Rey y la Reina arrostrasen, a sabiendas, la terrible prueba de pasar por delante de los que estaban apostados para asesinarlos, como cazadores que aguardan el paso de la caza.»
(Carlos Cambronero)
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