Doce son los patios que reúne el Palacio de Viana y que desde hace cinco siglos rinden homenaje a la singular vegetación que en ellos se recoge. La construcción habitada entre el siglo XV y el XX, ha pasado por manos de diversas familias de nobles, hasta contar 18 propietarios, por lo que antes de ser conocida como Palacio de Viana fue también nombrada Palacio de las Rejas de Don Gome.
Consecuencia de las idas y venidas de unas y otras familias es su estructura actual, resultado de sucesivas obras de ampliación.
Y es que el recinto del palacio, tal y como lo conocemos hoy, es fruto de la incorporación paulatina de las calles, callejuelas y viviendas aledañas.
Si algo sorprende al visitante que se adentra en el palacio, en la actualidad propiedad de Caja Sur, es la singularidad de cada uno de los patios que conforman el recinto: todos son diferentes, todos tienen su atractivo particular y cada uno de ellos cumplía en otra época una función determinada, tanto invitar al retiro y al silencio como recibir a cuantos llegaran al lugar. Su encanto reside en el cuidado, la precisión y el mimo que se percibe al adentrarse en cada uno de ellos; muchos, pequeños jardines en sí mismos, y algunos, de tamaño considerable. Los patios del Palacio de Viana atrapan, seducen, invitan a adentrarse en ellos, a recorrerlos, a pasar de uno a otro y a sumergirse en el océano de olor y color que inunda cada rincón. Todos mezclan arquitectura y escultura, juegos de agua y muestras botánicas con tal singularidad que en 1983 el recinto fue declarado Jardín Histórico Artístico.
A ellos se suma la presencia en el recinto del jardín propiamente dicho, fruto del capricho del séptimo marqués de Villaseca, quien en el siglo XVIII mandó construirlo. El espacio, de unos 1.200 metros cuadrados, es especialmente fresco durante el verano y posee rosales, palmeras, setos de boj, árboles frutales y una encina de unos 400 años y 25 metros de altura que se alza sobre de la construcción del palacio.
A la visita al llamado Museo de los Patios se le puede añadir un paseo guiado por el interior del palacio. Actualmente las dependencias acogen la configuración que le dio el marqués de Viana a mediados del siglo XX, fecha en la que este vendió al Estado el Palacio de Viana de Madrid (sede actual del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación), por lo que todo su patrimonio se trasladó al palacio cordobés. Ello, unido a los bienes reunidos durante 500 años de historia, da lugar a una colección que recoge esculturas, cerámicas, mobiliario palaciego, vestimentas, cantorales del siglo XVII, armas o pinturas de las escuelas flamenca y española.
Un palacio con historia. Arriba, la fuente del jardín, rodeado de un laberinto de setos de boj. Abajo, las casas del patio de los Gatos, que fueron viviendas de alquiler hace siglos. Estas conforman, según los documentos disponibles, el patio de vecinos más antiguo que se conserva en la ciudad de Córdoba.
Los patios del Palacio de Viana atrapan, seducen, invitan a adentrarse en el océano de olor y color que los inundan.
(20 minutos)
De todo un poco. Leyendas, tradiciones e historias curiosas de todas las regiones de España. Unas son verdad y otras no tanto.
Selección
martes, 12 de diciembre de 2017
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