En el Parador de Aiguablava dispones de servicios como piscina, sauna, gimnasio y restaurante. Las habitaciones, de decoración sencilla y acogedora, derrochan un ambiente familiar y tranquilo, y casi todas tienen terraza con espectaculares panorámicas desde donde ver el mar chocar contra las rocas y disfrutar del aroma de los pinos. En las inmediaciones del hotel te espera la cala de Aiguablava, en la que se puede fondear, practicar buceo y gozar de un estupendo baño en aguas claras y transparentes. Al estar protegida entre las rocas, sentirás que la pequeña playa es casi privada, aunque en verano tiene mucho ambiente turístico.
Tan solo a cuatro kilómetros del Parador se encuentra el pueblo de Begur, asentado sobre un conjunto de colinas bañadas por el Mediterráneo, destacan ostentosas casas indianas, legado de la intensa emigración a Cuba a lo largo del siglo XIX. Las posibilidades para practicar deportes náuticos son amplias; puedes incluso alquilar embarcaciones desde las que podrás conocer el bello litoral de la localidad ampurdanesa. La equitación, el tenis o las marchas cicloturistas por caminos rurales completan la oferta lúdica. Si te alojas en el Parador de Aiguablava el primer fin de semana de septiembre no te pierdas la Fira d’Indians de Begur, la fiesta en la que el pueblo se transforma y revive su pasado indiano. Estos días todo en las calles es fiesta y tradición.
Tanto en invierno como en verano el Parador es un lugar relajante, donde contemplar el vuelo de las gaviotas y escuchar el mar sobre las rocas y el susurro de los pinos. ¡Te esperamos!
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