viernes, 15 de noviembre de 2019

Ruta del Cabo Home

Recorreremos a pie el Cabo Home, iluminado por 3 faros en diferentes puntas. Es un menú degustación de mar, de brisa marina que acaricia el rostro, el olor salitroso y de sonido de las olas. Playas y mar tranquilo en el interior de la ría. Acantilados y mar bravío en la Costa da Vela. Todo ello aderezado por leyendas, y por las vistas desde el lugar arqueológico del Monte Facho de Donón.

Localización
Estamos en las Rías Baixas (ría de Vigo), en el municipio de Cangas do Morrazo.

Descripción de la ruta por el Cabo Home 
El GPS marca – 5 m de altitud en la playa de Barra. No es que estemos buceando. Estamos sobre la blanca y fina arena de esta playa de tradición nudista. Arenal que se extiende por casi 1 Km del municipio pontevedrés de Cangas do Morrazo, en la orilla norte de la Ría de Vigo. Haciendo honor a su nombre, las Rías Baixas sí que son bajas.
Tras el correspondiente rebozado en arena, baño fresquito y dosis de rayos solares, nos disponemos a recorrer a pie el Cabo Home. La ruta tiene un alto encanto paisajístico por uno de los extremos de la ría de Vigo. Recorreremos paisajes costeros de playas y mar tranquilo en el interior de la ría, o de acantilados y mar bravío una vez que giramos hacia la Costa da Vela.
Tres faros nos recibirán en las tres puntas del cabo: Punta Subrido, Robaleira y Cabo Home, blancos o rojos, siempre rodeados del azul del mar y del verde de la vegetación. El faro principal, el de Cabo Home, se construyó en 1853. 
Comenzamos la caminata por un sendero costero muy sencillo. Así serán los caminos durante toda la ruta, totalmente exentos de dificultad.
Es un menú degustación de mar, de brisa marina que acaricia el rostro, el olor salitroso y de sonido de las olas.
Las gaviotas remontan el vuelo para alejarse hasta las Islas Cíes, su santuario natural. Éste es realmente el mejor punto terrestre para gozar de una panorámica de las Cíes. Al otro lado, Ons y Onceta.
En las rocas puntiagudas que sobresalen en la costa podemos observar los pinchos petrificados del monstruo de Cabo Home, tras ser vencido por el guerrero Oridón. El monstruo vivía en el mar, causando naufragios siglos atrás, hasta que un día emergió de las aguas, amenazando con devorar a los habitantes de Hío. Pero, Oridón consiguió derrotarlo y petrificarlo para siempre. 
En la escultura de la caracola de Donón juegan los niños. Los mayores hacen fotos. Ahora relumbra demasiado el sol. El mejor momento es el atardecer, cuando el sol se pone frente a la escultura metálica, pareciendo fundirse con ella en una explosión de colores anaranjados. Como siempre, en este trocito del mundo, tan inspirador, el sol se va apoyando lentamente sobre el horizonte hasta que termina siendo engullido por el mar.
En Donón comenzamos la subida al Monte Facho. Una vez más nos obsequia con unas vistas preciosas al Cabo Home, a la ría de Vigo hasta Cabo Silleiro, las Cíes, Ons, la ría de Aldán, la Sierra de Barbanza comandada por el Iroite y la Curota.
También nuestros antepasados pensaron que este montículo erguido sobre la batida Costa da Vela era un buen lugar para quedarse. Un yacimiento castreño medio excavado se localiza en su cima, que estuvo habitado en la Edad del Bronce. Ellos contemplaban un paisaje parecido y a la vez diferente. Nos imaginamos cómo era en aquellos tiempos, sin las casas de la aldea de Donón, sin tierras de cultivo y sin eucaliptos, probablemente poblado por bosques nativos que les proveían de materiales y alimentos.
Ya en la antigüedad se encendía una hoguera en lo alto del Monte Facho para guiar a los pescadores. 
Callejeando por la aldea de Donón emprendemos el regreso, nada costero en esta ocasión. Caminar por los montes nos devuelve a Barra. En ocasiones pasamos por pinares y en otras ocasiones por bosques frondosos en las cercanías de regatos de agua que huelen a laureles.

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