Las 40 hectáreas de superficie del Parque de la Devesa, en Girona, hacen de este el más extenso de todos los parques urbanos de Cataluña. Se sitúa en la zona norte de la ciudad, entre los ríos Güell, Ter y Onyar, y entre su patrimonio vegetal sobresale una legión de casi 3.000 plátanos centenarios, plantados a mediados del siglo XIX para ejercer como barrera natural contra las continuas crecidas del río que inundaban la ciudad; hoy los árboles han crecido hasta los 55 metros de altura y constituyen las señas de identidad del parque.
Ya en el siglo XVIII el lugar se utilizaba como zona de recreo y ocio, pero al mismo tiempo convivió con sectores dedicados al aprovechamiento económico: huertos y zonas de pastoreo. Finalmente, en 1859 el Ayuntamiento de la ciudad comienza a proyectar el Parque de la Devesa tal y como lo conocemos hoy, hasta alcanzar, a comienzos del siglo XX, su etapa de mayor esplendor. Así, se convierte en lugar de reuniones, competiciones deportivas o desfiles militares, y hacia mediados del siglo se construyen diversas instalaciones como una piscina, un estadio o zonas hípicas, y es declarado Parque Artístico Nacional en 1943.
Para recorrerlo tranquilamente se puede caminar por el eje central de la Sardana, pero tras esta avenida arbolada de aspecto sobrio es fácil descubrir otro espacio verde en su interior, los Jardines de la Devesa, de menores dimensiones, construidos al estilo francés, con caminos de setos perfectamente recortados, plantas exóticas, esculturas –como la de Walt Disney– o un surtidor de agua completamente cubierto de vegetación. La Devesa forma parte del día a día de la ciudad de Girona, y es que el recinto acoge instalaciones deportivas y celebra mercado los martes y sábados por la mañana. Además, en verano se instalan carpas al aire libre para tomar algo y en las fiestas de Sant Narcís, a finales de octubre, acoge una feria y actuaciones musicales.
(20 minutos)
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