"¡Caramba, qué rico sabor tiene esta plaza!” Eso dijo el pintor Ignacio de Zuloaga al ver la Plaza Mayor de Graus, que luego trasladaría a uno de sus lienzos. Rodeada de soportales y nobles casas de alegres colores, tomó su forma actual en el siglo XVI y ha sido escenario de ferias y mercados, corridas e infinitas fiestas. Aquí es donde, durante las fiestas patronales (del 12 al 15 de septiembre), se ejecutan los famosos dances (el baile de las Espadas y el de las Cintas) y se representa la Mojiganga, un espectáculo que repasa el año en clave satírica.
Preside este hermoso enclave el Ayuntamiento, tan perfecto de formas y tan representativo del Renacimiento aragonés que se hizo una réplica del mismo para el Pueblo Español de Barcelona. En el centro de su fachada, el escudo fue añadido en el siglo XVIII, durante la época ilustrada. El sol, icono de la razón, y un arco con un muro escalonado, figurando la condición amurallada y gradada de la población, se erigen como sus principales emblemas. Pero los ojos, donde más se van, es hacia las casas Heredia y Barón, ambas decoradas exteriormente con pinturas murales del siglo XIX. La última incluso aparece en la película Al otro lado del túnel (1994), de Jaime de Armiñán.
(Guía Repsol)
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