domingo, 22 de marzo de 2020

El Clot de L'Infern

Esta leyenda medieval cuenta que había un caballero anciano que había vivido toda su vida obsesionado con sus posesiones, en especial con sus monedas de oro, y que jamás había compartido nada, hasta el hecho de querer conservarlas incluso después de su muerte. Para ello, el caballero cavó un agujero al lado de la tumba que había  preparado para el momento de su muerte con el fin de esconder allí su preciado tesoro una vez fallecido. 
Cuenta la leyenda que una noche el caballero salió al bosque para esconder sus monedas de oro, pero debido a su estado de salud y el extremo frío de la noche, este cayó enfermo, muriendo a los pocos días. No tenía descendencia directa, aunque era el padrino de una niña llamada Bepa, a la que un día por su cumpleaños le regaló una moneda de oro y que, tras su muerte, heredó la vivienda y tierras de este. 
A pesar de que se habló mucho sobre el tesoro del anciano caballero, nadie nunca pudo encontrarlo. Cada luna nueva a media noche, desde que muriese el caballero, se escuchaban el sonido de cadenas proveniente de la tumba del viejo, dándole la población el nombre de El Clot de l'Infern. Un día el espectro del anciano fallecido se le apareció a Bepa, y le dijo que gracias a la moneda que le dio en su día no fue al infierno, pero que había sido condenado a vagar por el Inframundo hasta que su tesoro fuese repartido entre los pobres. 
Con la ayuda de Bepa, el tesoro fue encontrado y repartido, permitiendo al anciano caballero descansar en paz.

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