La noche del viernes anterior al día de San Antonio, todos se dirigen en procesión a la ermita de Nuestra Señora de la Nava, situada a dos kilómetros del pueblo. En la ermita se ejecutan las primeras danzas. Las muchachas, vestidas con el típico, hacen la ofrenda floral a la Virgen. Luego se presentan las rosquillas de cañamones, dulce típico de la zona con canela piñones, que han sido elaboradas por la persona que las ofrece.
Después, en un desfile muy emotivo, bajan a la Virgen en carroza a la iglesia parroquial de San Miguel. Allí permanece diez días, donde es venerada por la gente hasta la noche del sábado más cercano a la fiesta de San Juan, día que se devueve a la ermita. Al regreso al pueblo se organiza una gran verbena popular con bailes.
Son seis las danzas que se bailan en las ceremonias: la «marcha real», El «Diós te Salve María», el «arriba Quintas», «palmira» y la «secretaria» y la de la Virgen, esta última bailada en el interior del templo para reverenciar a la Señora. Todas ellas están acompañadas por diferentes músicas y pertenecen al tipo de las «paloteadas». Están basadas en el paso llamado de cuatro «calles», en el que los bailes se ejecutan en cuatro parejas de dos o en dos de cuatro. En este caso, la falda de los miembros de un grupo es roja y la de los otros amarilla.
El acompañamiento de los danzantes a las procesiones es decisivo para conseguir el colorido y la vistosidad que tienen estas fiestas de Fuentelcésped.
(Fiestas de España)
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