La plaza del convento evolucionó desde el tímido compás angular medieval al que surge con las ampliaciones correspondientes a la hospedería y cuya imagen da la figura.
Contrastando especialmente con la falta de atención hacia la antigua organización claustral queda ese cuerpo volado sin interés agregado a la fábrica antigua que parece sobrar.
Del claustro ojival, obra de finales del siglo XVI de Juan de la Sierra, no quedan más que las huellas de las bóvedas y los arranques de la crucería, así como el hueco tapiado de acceso a los dormitorios de monjes en el cierre del crucero.
De todo un poco. Leyendas, tradiciones e historias curiosas de todas las regiones de España. Unas son verdad y otras no tanto.
Selección
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