Un puntero láser está diseñado para resaltar algo de interés proyectando un pequeño punto brillante de luz de colores sobre el mismo. La mayoría de punteros láser tienen una potencia tan baja que el haz proyectado presenta un riesgo mínimo para los ojos en caso de exposición accidental. El rayo láser no es visible directamente, sino como resultado de la luz dispersada por las partículas de polvo a lo largo de la trayectoria del haz. El ancho del haz en los típicos punteros de media y baja potencia hace que sea invisible en un ambiente razonablemente limpio, muestra un punto de luz al incidir en una superficie opaca. Algunos punteros láser son apenas visibles a través de la dispersión de Rayleigh, visto desde el lado moderado a condiciones de poca luz.
Antecedentes
Antes de la invención del láser, existió un aparato cuya finalidad era similar a la de los actuales punteros. Este aparato, conocido como puntero proyectable fue diseñado y creado por el español Leonardo Torres Quevedo. Para ello diseñó un sistema articulado que permitía desplazar, a voluntad del ponente, un punto o puntos al lado de la placa de proyección, lo que permitía señalar las zonas de interés en la transparencia. Torres Quevedo expresó así la necesidad de este invento:
«Bien conocidas son las dificultades con las que tropieza un profesor para ilustrar su discurso, valiéndose de proyecciones luminosas. Necesita colocarse frente a la pantalla cuidando de no ocultar la figura proyectada para llamar la atención de sus alumnos sobre los detalles que más les interesan y enseñárselos con un puntero».
(Wikipedia)
De todo un poco. Leyendas, tradiciones e historias curiosas de todas las regiones de España. Unas son verdad y otras no tanto.
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