En sí, no es más que un armazón de madera, de tamaño variable, decorado con velas, flores y frutos. Su origen natural está en el árbol, que se decoraba con cintas, flores, velas o rosquillas. Pero aunque originariamente fueran «ramos» vegetales, lo normal hoy día es que sean confeccionados artificialmente.
Se trata de algo muy típico de la zona de la Maragatería leonesa y de algunos pueblos de la provincia de Zamora. El «ramo» leonés es cuadrado y el de Zamora triangular, con encajes y puntillas almidonadas.
Estos últimos suelen llevar también velas y manzanas en medio de las tablas. Son de madera forrada y tienen escritas las iniciales «m» o «j», según se trate de una fiesta de la Virgen o de la Navidad.
En Luyego, uno de los días en los que se ofrecen «ramos» es la fiesta de la Virgen de los Remedios. Tras la ofrenda, a la que asiste todo el pueblo, el «ramo» se deja en la iglesia durante dos días como señal de alabanza a la Virgen y los adornos se recogen al tercer día. Suele ser portado por una moza o mozo, dependiendo del peso y tamaño del ramo.
El «ramo», además, se canta. Cantar el «ramo» es entonar una copla -suele ser una oración a la Virgen en verso- en el momento en que se ofrece el «ramo» a la Señora.
Eran especialmente emotivos los que se cantaban en la Misa del Gallo, en la que destacaban los «ramos» del nacimiento del Niño Dios y de San José.
El «ramo» maragato pervive entre aquellas gentes como una de las costumbres más enraizadas de las que se conservan en su tierra.
(Fiestas de España)
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