Este era el más antiguo teatro de los calificados de segundo orden, pues aparece ya funcionando al ocurrir el nacimiento de Isabel II. Actuaba aquí una compañía, cuyo primordial objeto era dar funciones en los Sitios Reales, Aranjuez y La Granja, durante la estancia en ellos de los Reyes en primavera y verano, y aprovechaba el invierno para trabajar en Madrid y Toledo. Estaba formada por gente joven y actores de poco cartel. Allí figuraban Ángel López, Antonio Pallardo, M. Escobar y Antonio Arguelles; María Chiquero, Josefa Galindo, María Alvarez y Josefa Palma, característica, parienta indudablemente de otra Josefa Palma que debutó en aquel teatro en 1835 y que, casada con Florencio Romea, trabajó en el Príncipe con gran aceptación: era una actriz de arrogante presencia, muy estudiosa, y que gozaba de simpatías generales entre el público.
En la Sartén no se estrenaba: hacían las comedias que habían tenido aceptación durante el año anterior en el Príncipe o en la Cruz, y cubrían claros con las obras del siglo XVII, mostrando cierta predilección por Tirso de Molina.
Este teatrito fue el último en que se cantaron tonadillas casi a diario: La vuelta del arriero, Los hidalgos de Medellín, El Trípili, El torero y la maja, La vieja burlada, La venida del soldado, y tantas otras que forman la rica colección que guarda cuidadosamente la Biblioteca Municipal de Madrid.
(Carlos Cambronero)
De todo un poco. Leyendas, tradiciones e historias curiosas de todas las regiones de España. Unas son verdad y otras no tanto.
Selección
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