Francisco de Goya, fracasó dos veces en su intento de obtener una Beca que concedía la Academia de Madrid. Después de estudiar dos años en Italia regresó a España y se convirtió en discípulo de Francisco Bayeu, casándose con su hermana Josefa. Este parentesco con Bayeu le favoreció mucho en su carrera, ya que lo recomendó a Rafael Mengs para que lo contrataran en la Real Fábrica de Tapices. Su reputación como pintor rápido, engendró una descabellada historia sobre el famoso retrato de la Duquesa de Alba, "La maja desnuda". Se ha dicho y escrito que, cuando el Duque se enteró que había pintado la escandalosa obra "La maja desnuda", teniendo como modelo a su esposa, anunció que visitaría al artista para defender su honor pero, cuando, al día siguiente, llegó al estudio del pintor, su esposa aparecía en el cuadro vestida decentemente: se supuso que había pintado ese segundo retrato en una sola noche. La identidad de "La maja desnuda" ha sido ampliamente discutida. La pintura de una mujer desnuda, era un acontecimiento único en la España del siglo XIX y Goya disimuló su hazaña pintando un segundo retrato "La maja vestida", que colgó hábilmente delante de "La maja desnuda" y podían ser intercambiados, usando un dispositivo mecánico. Después de la muerte de la Duquesa de Alba, el artista vendió las "Majas" a Manuel de Godoy, Ministro de Carlos IV y, ambos cuadros, están colgados actualmente, en el madrileño Museo del Prado.
(Anecdotario Histórico Español)
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