El falo aparece como símbolo de fecundidad, de generación, de reproducción y de vida en casi todas las mitologías.
Las artes mágicas lo utilizan cual amuleto para preservar a los portadores del mismo de diversos maleficios. En algunos pueblos de Italia se le suspende todavía del cuello de los infantes con este fin específico. Al sacralizar el símbolo, pasó a representar a algunas divinidades relacionadas con el cosamos generativo, que fueron objeto de culto. El Hermes de Sifos luce un llamativo falo erecto.
En las culturas antiguas, el falo fue adorado; rara vez tuvo una significación pornográfica u obscena.Como bien es sabido, el panteón de Roma se nutrió con todos los dioses del Oriente y de Grecia. por eso, el falo fue entre los romanos un símbolo omnipotente, vinculado a la religión y a la magia. Lo encontramos unido al culto de Baco, de Ceres y de otras muchas deidades. De Pompeya y de Herculano se ha extraído una gran cantidad de falos de bronce, provistos de una anilla para poderlos suspender.
Los romanos poblaron de falos ("cipotes" se dice en la germanía) todos los pueblos de su vasto imperio. Los que existen en Rabanales, en Ufones y en otras localidades del Gran Aliste (mucho más amplio que el Aliste del Marquesado de Alcañices) son, con casi absoluta seguridad, de procedencia romana.
Han aparecido junto a otros restos legados por la Roma colonizadora: cipos no fálicos, estelas mortuorias, etc. La abundancia de falos en la región denota un culto fálico muy generalizado. ¿Estaba unido a un dios romano o a un dios autóctono? Resulta muy difícil contestar a esta pregunta...
Francisco Rodríguez Pascual
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