Cuentan que el "Hereu Riera" era un joven rico y bien parecido al que, mientras estaba bailando por las fiestas de San Mauricio, le vinieron a avisar que su novia se estaba muriendo.
Corrió desolado a casa de la joven y al verla en tal estado rogó con toda su alma al Cristo que estaba colgado a la cabecera de la cama, pidiéndole la curación de su amada.
Cuentan también que la doncella sanó y el "Hereu Riera", loco de alegría, descolgó la imagen y se puso a bailar saltando a su alrededor con cuidado de no pisarla ni una sola vez.
Así nació esta típica danza catalana con sus pasos característicos.
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